"...Nunca voy a olvidar cómo me sentí la primera vez que lo vi, fue extraño, como una ráfaga y una advertencia, pero en la forma de un niño pequeño con una inmensa capa de terciopelo rojo, que le llegaba hasta casi la mitad de las pantorrillas y el cabello de un negro tan especial que parecía tener reflejos en azul cobalto.Recuerdo haberme quedado clavada al suelo, muda, con los labios entreabiertos y el corazón encogido, y que cuando intenté pasar saliva para humectar mi garganta, me di cuenta de lo seca que estaba porque se me había olvidado respirar.
Y cómo si el mundo buscara cortar el momento, una ráfaga dura nos revolvió el cabello a ambos, obligándolo a voltear accidentalmente en mi dirección.
Ahí fue que lo supe: 'Ah, esta es la persona que va a causar mi muerte'
Sus ojos violetas e inescrutables parecían haber estado hechos para lucirse en invierno. Y sí, esa fue la primera vez que la mirada de alguien se quedó plasmada a la perfección dentro de mi cabeza, como una pintura.
La hermosa pintura de quién sería mi verdugo.
Los Cuervos siempre hemos podido saber ese tipo de cosas, sentirlas, después de todo, somos los más cercanos a la muerte, o tal vez es la muerte la que se ha aferrado a seguir cerca de nosotros.
En todo caso, pocos tenemos el honor de conocer a quién acabará con nuestra vida, años antes de que suceda. Y yo fui uno de esos pocos; él no tenía forma de saberlo, no funciona así.
Apreté los puños e inflé el pecho todo lo que podía inflarlo mi pequeño cuerpo de 7 años recién cumplidos, y con la cabeza en alto, di un montón de pasitos inseguros que casi me hacen caer, hasta que me le planté justo al frente:
"Hola..." —le extendí la mano —"Soy Alyeska. La más pequeña de los Belanger"
Sus cejas se levantaron un poco, pero fue breve.
Y no sonrío, ni me extendió la mano.
Simplemente me miró cómo quién no está acostumbrado a ese tipo de gestos y continuó caminando, como si el mundo que habitaba fuera uno totalmente diferente al mío.
'Tal vez si me quedo cerca... tal vez si logró agradarle... tal vez así no me mate...' —me aferré a la gamuza de mi vestido y me hice una promesa.
Pronto el frío congeló mis mejillas.
¿Quien hubiera imaginado que mi desesperación por evitar mi suerte sería justo lo que me llevaría a interpretar a la versión más triste de Juana de Arco?
Porque esta salto a la hoguera por su propia cuenta.
Y la hoguera tenía un nombre; Lyoshevko... Lyoshevko Lacroix"
—Alyeska Belanger.
Mi semblante había cambiado.
Sí.
Habían pasado sólo unos días, tal vez una semana... pero eso había sido suficiente para desgastarme, para que pareciera que había sido más.
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El día en que mi reloj retrocedió [Completa✔️✔️]
Fantasy¿Qué harías si un día lograras regresar tu vida desde el principio? Helena Candiani pudo hacerlo. No sabe cómo lo hizo ni si es capaz de hacerlo de nuevo... tampoco si fue un evento fortuito o si fue provocado por algo o alguien. Pero hay algo de l...