Me levanté cerca de las 9 de la mañana. No había podido dormir bien. Me bañé, me vestí y fui a desayunar sola, no quería verlo a él ni por casualidad.
Mientras bebía mi zumo de naranja veo que Nathan entra al comedor y me divisa prácticamente al instante.
Rodé los ojos.
Cogió unas tostadas y café de la mesa. Se dirigía hacia mí.
-¿Puedo?- Me preguntó a la vez que tomaba asiento.
-Ya te sentaste, ¿no?-
Silencio.
-Mi vuelo sale hoy a las 12:30 PM.- Me comentó él.
-Ah, mira tú.- Contesté mientras le daba un mordisco a mi tostada.
-¿Dónde irás luego de que me vaya?- Quiso saber.
-No es asunto tuyo eso.-
-Naila, me quedaría intranquilo sabiendo que no tienes a dónde ir.-
-No lo sé, supongo que me quedaré en lo de mi hermano, ¿bien?- Contesté.
-Perfecto, déjame llevarte entonces.-
-No, ni lo sueñes.
-Sí, te llevaré.
-Que no.
-Que sí.
-Que no, Nathan.
-Sí y punto.- Dijo firme.
Suspiré sonoramente.
**************************
Nathan se había ido a su habitación a terminar sus maletas. Yo estaba en la mía tirada en la cama pensando. Una parte de mí no quería que se vaya...
En eso siento unos golpecitos en mi puerta. Abro.
-Ya es la hora.- Me dijo Nathan.
-De acuerdo.- Tomé mi bolso y fuimos hasta el ascensor, una vez dentro le dije:
-Voy a acompañarte al aeropuerto.- Él se sorprendió.
-No, haremos lo acordado, te llevaré con tu hermano y punto.- Me contestó.
-No te lo pregunté. Y además, tú no eres nadie para impedírmelo.-
-¡Eres tan obstinada, Naila!- Dijo negando y riendo levemente. -Pero déjame decirte que me encanta.
Puse los ojos en blanco.
Salimos del hotel y tomamos un taxi al aeropuerto.
El aeropuerto era un mundo de gente que caminaba de aquí a allá con grandes maletas y bolsos. Una voz hablaba por los altavoces continuamente, no logré entender nada de lo que decía ya que el audio era pésimo.
Nathan dejó su maleta y se sentó conmigo en una banca que había ahí.
-Este lugar es gigante...- Dije mirando a todos lados.
-¿Nunca viniste aquí?- Preguntó.
Negué con la cabeza.
-Nunca salí del país.- Le dije.
-Prometo llevarte a Australia algún día.- Me dijo.
Le sonreí.
En eso se escucha por el altavoz que llamaban a todos los pasajeros con destino a Sidney, Australia para que abordaran para el vuelo SRB308.
-Te llaman.- Dije.
-No me importa, me quedaré unos minutos más.-
-No, vete. Perderás el vuelo, Nathan.-
La verdad es que quería que se marchara lo antes posible o empezaría a llorar. Después de todo le había tomado afecto al imbécil que estaba sentado a mi lado.
-No.
-Vete.
-No, sólo unos momentos más...
-Vete.
-Que no.
-Vete ya, Nathan.
-¡Bien!, pero sólo porque me lo pides tú.- Me dijo él.
Nos levantamos y caminamos hasta una escalera mecánica; nos detuvimos delante de ella.
-Buen viaje.- Le dije.
Él me miró, suspiró y dijo:
-Sé que te enfadarás conmigo pero no puedo irme sin hacerlo.- Y acto seguido me besó.
Fue un beso largo y hermoso, Nathan besaba genial, debo admitir.
Pude sentir como algunas personas observaban pero no me importó nada en absoluto.
Cuando el beso terminó sólo nos miramos.
-Nos vemos.- Fue lo único que dije, intentando recuperar la respiración.
-Nos vemos. Cuídate mucho.- Dijo él también y me sonrió.
Pude ver cómo subía a las escaleras y desaparecía a la vez que llegaba al piso superior.
No podía creer lo que acababa de pasar, me besó de nuevo, ¡en público! Y yo no lo había rechazado...
Salí del aeropuerto y ahí mismo cogí un taxi que me llevó a casa de mi hermano Farid.
¡Capítulo 4!. El de la imagen de hoy es... ¡Nathan!
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Gypsy girl
Teen FictionMi nombre es Naila, soy una chica de 17 años gitana, vivo en las afueras de Ankara, Turquía, y mis padres están decididos a casarme con alguien que ni siquiera conozco, todo para unir ambas familias y poder hacer negocios. A mí no me obligarán a nad...