-No estés llorando, y te calmas por que no quiero llegar a la cena y tú con tu drama - me dice Alfredo ya del otro lado de la limosina.
Me duele el cuerpo, el alma, todo, no puedo evitar llorar, siento asco, asco de mi misma, dejo de pensar cuando Alfredo me jala del brazo.
-¿Qué no me escuchaste?, cálmate y deja de lloriquear.
Asiento, y me empiezo poner el vestido, tomo un espejo pequeño y empiezo a quitarme el maquillaje que se corrió, e intento peinarme un poco.
La limosina para y supongo que es por que ya llegamos, Alfredo me mira enojado y me dice.
-Mas te vale que no hagas una tontería por que la pagarás - me dice saliendo de la limosina.
Salgo y veo una gran mansión, me toma del brazo y entramos, adentro hay gente muy elegante, todos con trajes y mujeres hermosas, Alfredo me toma fuertemente de la cintura y avanza conmigo hacia un señor ya de edad avanzada.
-Padrino, mucho gusto verlo de nuevo - dice estrechando la mano con él.
-Estoy aquí para ver unos negocios de tu primo Hades, y ¿quién es la hermosa mujer que te acompaña el día de hoy? - me mira unos segundos para volver a ver a Alfredo.
-Es mi nuevo juguete, ¿no es linda? - me jala más hacia él.
-Si, solo que con una sonrisa se vería mejor ¿no lo crees? - dice tomando vino de su copa.
-Por supuesto, solo que aún no la he domado, pero no te preocupes la próxima vez que la veas, estará con una sonrisa, o tal vez ya se haya ido a trabajar y la puedas comprar - lo miro y me quiero ir, lo mas rápido.
-Alfredo, quería hablarte de los negocios de tu primo Hades, llega la próxima semana y tenemos que tener todo listo para su llegada - le dice ya en un tono serio.
-Hades nunca hace nada, nosotros somos los que tenemos que ensuciarnos las manos por él - dice Alfredo molesto.
-Es nuestro jefe, TÚ jefe, así que tenemos que hablar a solas, te espero en el despacho - se aleja caminando.
-Kiara, más te vale que te comportes, no quiero volver y ver que hayas echo alguna tontería - dice enojado.
-Aquí no hay ninguna persona que me ayude - le digo sin esperanzas.
Alfredo se marcha y yo empiezo a buscar alguna persona que se vea confiable pero no encuentro a ninguna persona, empiezo a caminar hasta llegar a los jardines, el aire es frío pero puedo soportarlo, tardo unos minutos en pleno silencio, pensando en lo infeliz que soy.
-¿Viendo las estrellas? - dice una voz grave masculina pero inspira confianza.
-Algo así - digo mirándolo, es un hombre de aproximadamente 25 años de edad, con un elegante traje negro y ojos color azul.
-¿Así que Alfredo es tu pareja eh? - dice con una media sonrisa.
-No, el...el...porfavor ayudame, me secuestraron y luego fui vendida a Alfredo, porfavor solo, solo te pido ayuda, ayúdame a salir por favor - las lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas.
-No puedo, tenemos prohibido meternos en las vidas de nuestros socios, más si son familiares. - al decir eso lo miró con el ceño fruncido, ¿son familia?
-¿Qué eres de Alfredo? - preguntó con miedo.
-Soy su primo
-¿Hades? - pregunto pero no puede ser el ya que dijo el señor que llegaría la próxima semana.
El sonríe y tiene una linda sonrisa no lo niego.
-No, no, yo solo soy un simple peón de él, como Alfredo.
-¿Interrumpo algo? - dice una tercera voz.
-Oh, querido Alfredo, platicaba con tu hermosa acompañante.
Alfredo se acerca a mi y me agarra de la cintura.
-Si lo sé, es hermosa y sabes que también sé que es mía- dice mirándolo a los ojos.
-Claro, compras mujeres por que es la única manera que están contigo - dice bebiendo de su copa.
-Adiós Azael, vámonos - me dice caminando.
-Adiós - nos dice Azael
Caminamos y Alfredo se despide de los señores de la cena y subimos a la limosina.
-¿De qué hablaban tú y Azael? - me pregunta mientras yo veo las gotas deslizarse a través de la ventana de la limosina.
-De nada - digo encogiendome de hombros sigo sin prestarle atención hasta que me jala del brazo obligándome a verlo.
-Dime de una maldita vez Kiara - me dice enojado.
-Me preguntó si era tu acompañante - le digo con las lágrimas queriendo brotar de mis ojos.
-Ok, no quiero que vuelvas hablar con él - me dice ya dejando mi brazo libre.
-¿Por qué no? Él fue muy amable conmigo, mucho más que tú - le digo con odio, por que lo odio por haberme violado.
-Por qué lo digo yo y punto final - dice Alfredo ahora mirándome enojado.
Debí morir al nacer, mi vida...mi vida está rota, mi madre y hermana no me quieren, y ahora esto, tener que sufrir nuevamente, una lagrima se resbala por mi mejilla pero la limpio inmediatamente para que Alfredo no me vea llorando y espero hasta llegar a casa.
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Dulce Perdición
Teen Fiction[EN PROCESO] El dolor del alma que invade a Kiara desde su nacimiento, cada día soportando el menosprecio de su madre y hermana, cree encontrar el amor en Stefan el "chico perfecto" pero la vida es amarga, cuando Kiara encuentra a su hermana Irina c...