Dulce Perdición

CAPITULO 2

Tomo aire antes de entrar y poner mi cara de "nada me afecta" aunque me afecte no dejaré que lo vean.

-Pero mira quien se digno a llegar - dice Lucía "mi madre" en su habitual tono de odio y repulsión.

-¿Tu semillita de cerebro no te alcanzó para entender algún tema o te estabas revolcando con el profesor para que aumentara tu calificación? - Dice Irina con su tono de desprecio, aunque la que se acuesta con los profesores es ella, Irina es como una muñequita Barbie, cabello largo rubio, piel clara, ojos color azul, un cuerpo curvilineo, claro gracias a Lucía que le pagó una operación de busto, los rasgos de su cara son tan delicados que le dan ese aspecto de "no rompo un plato" pero rompe la vajilla entera, a veces me he imaginado su bonita nariz siendo cortada por una navaja, seria algo lindo de ver o mejor...de hacer.

Las ignoro y subo a mi habitación, hoy me pagaron por una tarea que he echo, estoy ahorrando para largarme de este lugar, en dos días cumplo 18 años y me podré ir, sé que no será fácil pero no puedo seguir aquí, además doy cursos a niños de preescolar y me pagan bien, guardo mi dinero y con lo de las tareas pago mi comida, por que Lucía no me da de comer y si llego a comer algo de ella me hace pagarlo, solo falta que me cobre por dormir aquí.

Me baño y visto para ir a la cafetería con Stefan, bajo y no hay nadie abajo, así que salgo y camino, Stefan siempre me espera 3 cuadras después de mi casa, sigo caminando hasta que veo el carro honda civic color blanco, llego y abro la puerta, él está adentro con su hermosa sonrisa que me hace sentir miles de mariposas en el estomago, viste con pantalones de mezcrilla y una playera polo azul cielo, que hace juego con sus ojos color miel, su castaño cabello está alborotado como siempre.

-Hola, pensé que no llegarías - dice con emoción, si así es Stefan, tal vez por eso lo necesito tanto, siempre esta alegre y con él siento que estoy en otra realidad, una dónde no hay maldad solo él y yo.

-Hola no tenía ganas de caminar rápido así que ya sabes.

-Bueno pues...te tengo una sorpresa - dice sin mirarme y eso me preocupa.

-¿Qué pasa? - digo preocupante.

-No vamos a la cafetería

-¿Entonces a dónde? - pregunto con curiosidad.

-El día de hoy llevaré a mi pequeña Kiara a la playa - me dice con una gran sonrisa.

Entonces me doy cuenta que en los asientos traseros del carro está la mochila de Stefan.
Me emociona la idea de ir ya que tiene mucho tiempo que no voy, la primera vez que fui, me trajo Stefan, al saber que nunca había venido, también ese día en la playa se me declaró, fue hermoso.

-Pero no he traído ropa de playa

-No importa pasaremos a una tienda a comprar lo que necesites - me mira y me sonríe

-No quiero que gastes, ya has echo mucho por mi - y es la verdad él siempre trata de darme todo y yo...yo no le doy nada, más que problemas.

-Nunca me cansaré de gastar en ti cielo.

Después de una hora llegamos a una tienda cerca de la playa, es muy bonita y grande, su estacionamiento está lleno de carros muy hermosos y...caros, las mujeres que salen con muchas bolsas parecen barbies.

Entramos en la tienda y empezamos a caminar a la zona de traje de baño llegamos y veo un traje de baño muy lindo es de una sola pieza de color rosa, veo el precio y siento que me da algo, es lo que en un mes ahorraría.

-¿Te gusta? - dice Stefan al mirarme con la prenda.

-No, mejor buscaré algo más sencillo - la verdad era que estaba hermoso pero muy caro y no permitiría que Stefan gastará tanto, aun así no fuera mucho para él.

-Por favor Kiara, ya te he dicho que me tengas confianza.

-Te tengo confianza, es solo que... - bajo la cabeza y me concentró en el suelo.

Me toma la barbilla y me levanta la cara hasta que mis ojos lo estan viendo.

-Kiara, si yo te traigo a una tienda es por que puedo y quiero darte cosas, quiero darte un poco de amor en tu vida, quiero que seas feliz.

-Lo sé, es solo que tú siempre haces todo por mí y...yo nunca puedo hacer algo por ti, solo soy una carga en tu vida.

-No, no lo eres, tú eres muchas cosas para mí pero no una carga, eso nunca ¿ok? - resbalan lágrimas por mis mejillas y él las limpia con su dedo pulgar.

-Te quiero tanto - lo abrazo y él me corresponde, en sus brazos me siento tan feliz, nada puede hacerme daño, estoy con él, con mi Stefan.

Pagamos el traje de baño y unas botanas, cuando llegamos a la playa no había mucha gente ya que no era época de vacaciones en la cual la playa estaba llena.

Bajamos y después de armar nuestro pequeño "picnic" camino a la playa, sintiendo la arena en mis pies, Stefan se coloca detrás de mí y me abraza, recostando su cabeza arriba de la mía.

-Estoy pensando seriamente en comprar una casa en la playa, estaríamos así siempre - sonrío al imaginar todas las tardes estar así, con mi Stefan.

Tenemos un año de relación, su familia no me acepta y los comprendo, quien iba a querer como novia de su hijo a una chica pobre y... Fea, aunque Stefan siempre me ha defendido y ha dejado claro que no me dejará sus padres aún no logran aceptarme, a veces pienso que hago mal al estar en la vida de Stefan, él se merece algo mejor, a una persona sin problemas y que le dé amor y alegría.

-Te quiero tanto Stefan, eres lo mejor que me ha pasado - me besa y siento todo su amor, él es la única persona que me a elegido, a mi y no ha...Irina.

Pasamos la tarde en el agua y comiendo, hasta que empieza a oscurecer.

Stefan mira su reloj y hace una mueca.

-¿Qué pasa? - preguntó mirándolo

-Tenía una cena hoy, pero supongo que será para luego.

-¿Con tú familia? - es obvia la respuesta, sus amigos no son de cenas sino de fiestas, así que es con su familia.

-Si...bueno pero no pasa nada, no era tan importante - dice encogiéndose de hombros.

Después de un rato, Stefan ya conducía de regreso, me sentía tan feliz, él simple echo de estar con Stefan me hacía feliz, solo él, era el único que me amaba, y era la única persona a la cual yo amaba, la que le tenía toda la confianza, él que nunca me defraudaría.