CAPITULO 8

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De nuevo viva...wow, que graaaan noticia ¡muero de alegría! (nótese el sarcasmo)

Semana 3 en el hospital

Seguía en el hospital, el doctor dijo que tenía que quedarme 4 semanas aquí, y la verdad no me molestaba quedarme aquí, no veía a Alfredo y eso era ¡genial! Me alimentaban, la comida era asquerosa pero era comida y me daban gelatina y estaba muy buena, la puerta se abrió y ya estaba pensando en mi discurso hacia el doctor Ricardo, él y yo nos habíamos echo amigos era bueno tener a alguien con quien hablar, pero mis ilusiones cayeron al suelo al ver entrar a la habitación una silueta con un ajustado traje negro y era nada más y nada menos que Alfredo, el miedo se apoderó de mi ya que no lo había visto desde que me golpeó, entró y caminó lentamente hacia mi camilla donde yo estaba petrificada viéndolo seriamente.

-Hola cariño - dijo acercándose a mi, yo me removí incomoda cuando se agachó a besarme pero me agarro fuertemente de la barbilla y me obligó a darle la cara, estampó sus labios con los míos, no pude evitar sentir repulsión ante al acto, se separó después de besarme.

-Ho..ho..hola- dije tartamudeando, maldita sea no podía evitar sentir miedo y asco ante su ser.

-Ya casi no se te ven los golpes cariño, te ves hermosa, te he extrañado tanto - dijo adentrando una mano dentro de mi bata, su mano tocando mis muslos, intenté detener su mano justo cuando siguió avanzando hacia arriba.

- ¿Qué? - me contestó enojado, yo no pude evitar hacerme más hacia atrás aunque estuviera mi almohada.

-Es que...es que...aún sigo mal - dije mintiendo ya que no me sentía mal, le tenia asco a él.

En ese momento vi que Alfredo abrió la boca para decir algo pero se cayó al oír que alguien abrió la puerta y venía hacia nosotros, era el doctor Ricardo.

-Hoy el día está hermoso no lo cree...-se cayó de golpe al ver a Alfredo- buenos días señor - le saluda a Alfredo.

Alfredo frunce el ceño e intercambia miradas entre Ricardo y yo, Ricardo tiene 24 años, acaba de terminar sus estudios como doctor y es muy agradable.

-Buenos días ¿cómo está Kiara? - le pregunta Alfredo a Ricardo.

-Esta sanando señor, aunque - Ricardo se caya al ser interrumpido por Alfredo.

-¿Aunque qué? - le pregunta serio Alfredo - cómo sea, ella se va hoy así que prepare todo y déjenos solos.

-Señor pero le falta 1 semanas más - Alfredo lo vé enojado y lo toma del cuello de su camisa, lo estampa contra la pared detrás de él.

-Te dije que ella se va hoy, no me hagas perder la cordura - le dice al pobre Ricardo.

-Si señor - le dice y Alfredo lo suelta, Ricardo me da una mirada de lástima y sale de la habitación.

-Te dejo aquí para "sanar" y tú ya andas de golfa con el imbécil ese - dice enojado caminando hacia mi dirección.

-No coqueteo con nadie...yo.. - me cayo ya que Alfredo agarra parte de mi cabello de la parte trasera de mi cabeza.

-Eres mía Kiara - dice serio.

-¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Por qué me haces tanto daño? - las lágrimas bajan por mis mejillas - solo...solo déjame ir

-Nunca entiende Kiara, nunca te dejaré ir, eres mía, soy el único hombre en tu vida, ¿sabes? - dice dejando mi cabello y caminando por la habitación - Cuando te vi en la subasta, te vi tan débil tan...simple, pero hubo algo que pensé, necesito tener un hijo para poder obtener la herencia y el poder, no quería que la madre de mi hijo fuera una cualquiera, te vi y te compré, cuando me dijiste que eras virgen...eso me encantó, sería y seré el único hombre que te toque, el único que recorra cada centímetro de tu cuerpo - lágrimas corren por mis mejillas, este tipo me da mucho asco - tenía tiempo que no estaba con alguien virgen, y me gustó, me gusta darte miedo, ser yo el que rompa cada parte de tu alma - empieza a caminar hacia la puerta pero se detiene y me mira - arreglate que nos vamos.

Empiezo a llorar cuando Alfredo se va, estoy perdida, quiero morir eso seria mejor, dejar este patético mundo, solo descansar.

Dulce Perdición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora