CAPÍTULO 33

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Hades

La inteligencia te da el poder de mover a las personas a tu antojo, hacerles creer que llegarán a destruirte, que ingenuos...

Kiara me enseñó que las apariencias engañan, esa delicada y tierna chica era una vil traidora.

Los Bianchi siempre han querido derrumbarme, pero lo que no saben es que yo no soy mi padre ni ningún otro idiota, yo soy Hades Berlusconi, líder de la mafia italiana.

Los momentos con Kiara me dejó un sabor amargo dulce, el saber que es una Bianchi me repugna.

Siempre tan descuidada con sus "llamadas", estando en la casa del enemigo nunca debes dejar de cuidarte la espalda, me gustaba su entusiasmo al creer que todo estaba saliendo como ella lo tenía planeado, lo que no sabía, era que tenía un espectador.

La luz blanca del hospital me hace entrecerrar los ojos, la bala no dañó ningún órgano importante.

Los Ricci me han atacado estando en mi punto débil, y el que Kiara se les uniera me puso en un blanco fácil.

Azael entra preocupado y agitado.

-Hades, por más que busco a Kiara no la encuentro, tal vez...tal vez se la llevaron los Ricci - se agarra el cabello preocupado.

-Kiara se puede ir a la mierda - mascullo.

-¿Qué? - pregunta confundido.

Me estresa el que las personas se encariñen con las demás , ¿no pueden vivir solos o que?

-Lo que oíste, ya me quiero ir a la mansión - le ordeno.

-El doctor dijo que... - lo mando a callar con un movimiento de manos.

-Me vale lo que diga el doctor, si yo ordeno algo se cumple. - dictamino.

Azael no refuta, en estos tantos años de convivencia ha aprendido que a mi no se me refuta, que yo soy el líder y él mi mano derecha.

Ignoro las miradas curiosas de las enfermeras que solo buscan ganarse un disparo de mi parte.

-Señor, su ropa. - una de las enfermeras me pasa mi ropa.

-¿Qué? - pregunto a la defensiva, la enfermera no deja de mirarme, tiene buen culo pero nada más.

-Mi número, por si necesita compañía - me entrega un papel, no es capaz de mirarme a los ojos.

Se va dejándome solo, el papel lo tiro a la basura, ahorita no tengo tiempo para andar con tonterías, unos ojos verdes vienen a mi mente, mi atención ahora está en esa sexy mentirosa.

Mi erección se hace presente, en mi mente los recuerdos de Kiara bajo de mi, yo entrando en ella, mi derrame en su boca...

Tocan la puerta y gruño al tener esos pensamientos de esa mentirosa.

Me visto con un traje negro, el negro siempre ha sido mi color favorito.

Acomodo mi erección de manera que no sea tan evidente, Kiara me pagará lo que hizo, los traidores merecen la muerte.

Las vendas me incomodan al caminar, Azael me está esperando en una de las camionetas mirando nosé que en su tableta.

El camino se mantiene en silencio, mi decisión está tomada, Kiara es una traidora y merece ser castigada como tal.

- Kiara desde ahora es enemiga de los Berlusconi, por lo tanto su búsqueda inicia, la quiero viva.

-Hades, en verdad nosé por qué tanto...

Dulce Perdición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora