CAPÍTULO 25

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Me despierto y me doy una ducha, cuando salgo la empleada me está esperando con una bandeja llena de comida.

-El señor Hades pidió que le subieran el desayuno.

-¿Por qué?

-Yo solo acato órdenes señorita - dice dejando la bandeja en la mesita - también dijo que no saliera, él mandará a avisarle cuando pueda bajar.

Se va dejándome sola.

Me siento y empiezo a comer, desperté con hambre, he de admitir que todo se ve muy rico.

Devoro todo y me queda hambre.

Amanecí de buen humor, dejo la pijama y me busco algo que resalte mis atributos.

Elijo un palazzo rojo, es de mangas caídas.

Me maquillo sin exagerar.

Me veo al espejo y ¡que diosaaa!

Me veo hermosa.

Bajo los escalones y veo a Hades sentado en uno de los sofás de cuero, a su lado está Sasha, besándole el cuello.

Ruedo los ojos, son patéticos.

No merecen mi atención, solo debo matarlo y de paso la mataré a ella.

Reparo al hombre que tiene enfrente Hades, es de cabello negro al igual que sus ojos, su piel es blanca, lleva un traje ajustado negro, arriba trae una gabardina del mismo color.

Sigo bajando, al último escalón piso más fuerte haciendo que se escuche el sonido del tacón.

Los dos hombres voltean a mirarme al igual que Sasha.

Sonrío y camino con elegancia hacia ellos, el hombre no me quita la mirada de encima.

-Ciao bella signora - dice el hombre de gabardina negra.

Ciao bella signora = hola bella dama

-Buongiorno - le digo en un italiano perfecto, si también sé italiano ¿soy perfecta no lo creen?

Buongiorno = buenos días

El hombre me sonríe.

-Sabes italiano eh - dice sin quitar su sonrisa tomando un trago de whisky.

-Por supuesto - le digo devolviéndole la sonrisa.

-¿Qué haces aquí? - me dice Hades tomando mi brazo.

-Estaba aburrida - le digo tajante.

-Vamos Hades, la chica solo está aburrida - se acerca a mi con una sonrisa ladeada - ¿cómo te llamas?

-Kiara..

Dejo la palabra a medias cuando Hades me jala del brazo caminando conmigo.

-En un momento volvemos - le digo sonriente al hombre.

Hades me aleja del lugar y me mete a su despacho.

-¡¿Por qué mierda bajaste?! - dice enojado.

-¡Por qué quiero y puedo! - digo igual de enojada que él.

-No te costaba nada quedarte un momento quieta en tu habitación - dice Hades tratando de calmarse.

-Tampoco me costaba nada bajar - le digo encogiendome de hombros.

-Saldremos y subirás a tu habitación - ¿y este quien se cree?

Sale del despacho al igual que yo, el vuelve al sofa.

Dulce Perdición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora