CAPÍTULO 37

199 17 2
                                    

- No tienes por qué morir Sasha, solo dime si estas embarazada o no. - soy clara con ella, y es que ella no tiene nada que ver con esto, y si está embarazada yo...yo la tendré que matar aunque no quiera, ya que estoy rodeada de gente del clan.

- Crees que si lo estoy te lo diría, aunque no lo estuviera me matarás, aunque nosé que mierda haces.

-No me obligues a hacer cosas que no te gustaran Sasha.

- Hades vendrá y te matará, el que quieras matar a su dama te lo hará pagar caro.

-¿Su dama? - digo sarcásticamente - ja, en tus sueños querida.

- Mátala de una vez. - me susurra Alessandro.

-¿Confirmaste el embarazo?

-No, pero lo que esta confirmado es que será la dama Berlusconi.

-¿Qué? - volteo a mirar a Alessandro incrédula.

-Mi informante lo confirmó, si va a ser su dama es probable que esté embarazada.

Idiota...

Salgo de la pequeña casa al jardín, el aire fresco pegando en mi cara, Alessandro viene detrás de mi.

-¿Estas bien?

-¿Quien es tu informante?

-No lo sé.

-¿Qué? - eso me hace verlo. - ¿Cómo que no sabes quién es?

-Mi informante tiene un informante que prefiere trabajar en el anonimato, la mayoría de veces la información es cierta.

-No nos podemos confiar en eso.

-Kiara tranquila, nada malo va a pasar.

-¿Por qué la golpearon? - preguntó refiriéndome a Sasha.

-Di pase libre para que hicieran lo que quisieran con ella - se encoge de hombros - esta viva, pensé en matarla pero aquí estamos.

-Si es cierto, es una mujer embarazada, prácticamente golpeaste a esa mujer, - parece no importarle - dime, ¿si yo estuviera embarazada hicieras lo mismo?

-Claro que no, nunca te pondría una mano encima Kiara, ¿a qué viene esa pregunta?

-Curiosidad.

-Sabes...- sonríe triste - yo imaginaba como sería nuestro hijo, un niño con tus ojos.

-Pero eso es pasado Alessandro.

-No sabemos que nos tiene preparado el futuro.

-Investiga quién es el informante, yo iré a descansar.

-Descansa. - se despide con un beso en la mejilla.

Entro en la mansión que en estos momentos está silenciosa, me acuesto en la cama sin quitarme los tacones.

Todo es una mierda

Me siento en la cama a quitarme los tacones, me deshago del moño quedando mi cabello suelto, tengo hambre por lo que salgo de la habitación, aun tengo puesto el vestido negro, me detengo cuando no hay nadie en la parte baja, nunca hay nadie solo los empleados pero tengo un mal presentimiento, mi arma la deje en la habitación.

Doy dos pasos atrás cuando la explosión me avienta al suelo, mis oídos zumban.

-¡Entren! - escucho la orden de un hombre.

Un dolor abdominal me abarca, me muerdo la lengua aguantando mis gritos de dolor, me arrastro hacia mi habitación, al entrar alguien me ayuda a entrar.

Dulce Perdición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora