CAPÍTULO 47

143 13 2
                                    


Miro a Hades quien tiene la mirada perdida en el mar, después de suplicarle que aceptara la promesa lo hizo.

Me acerco a él y tomó su mano - Gracias - le digo son un sonrisa de agradecimiento.

-No me des las gracias después de lo que me pediste. - se va molesto al yate.

Tal vez no merezca pedirle nada, tal vez se me olvide que él tendrá que me matarme en algún momento, que él es mi captor y yo su presa, pero aunque sea así no puedo verlo como mi captor por que simplemente no me siento como tal.

El día se me hace eterno, Hades me ha evitado todo la tarde, es de noche y el frío me obliga a entrar al yate, voy directamente a la cocina, donde hay personas cocinando, que se detienen al verme entrar.

-¿Le podemos servir en algo señorita? - el chef se acerca a mi.

-No gracias, solo venia por un poco de mantequilla de cacahuate.

-Oh, la cena estará lista en unos minutos señorita.

Miro lo que cocinan y se ve apetecible, muy apetecible diría yo.

-Entonces esperare la cena, gracias.

Camino pacientemente por el interior del yate, llego a la oficina que tiene Hades aquí, toco la puerta pero no hay respuesta.

Abro las puertas y me encuentro a Hades de espaldas en una silla, esta leyendo un libro.

-Hola.

-Hola. - contesta sin mirarme.

-¿Qué lees? - le pregunto mientras me siento a su lado.

-No te interesa. - me dice con su típico tono de molestia.

-¿Cómo sabes que algo no me interesa si aún no se de que trata? - me levanto y me dirijo a él y me siento en sus piernas.

Le quito el libro y lo hojeo, es de administración, recuerdo cuantos libros tuve que leer para probar que podía manejar el negocio.

-Interesante. - digo leyendo cada página.

-Kiara, lo de la promesa...- lo cayo poniendo mi dedo sobre sus labios.

-Estoy leyendo, no molestes. - sonríe de medio lado.

No me molesta el tema de administración de echo me parece interesante, aprender más siempre ha sido bueno en este ambiente y en todo lugar.

De pronto me pierdo leyendo, sigo sentada en las piernas de Hades quien también lee, el silencio invade la habitación, cuando de pronto...

Grrr...

No fui yo

No fui yo

Grrr...

-¿Tienes hambre? - pregunta aguantando la risa.

-Claro que no. - intento volver a la lectura.

Grrr

La carcajada de Hades se hace presente.

-Por supuesto que no tienes hambre - comenta riéndose.

-Cállate - le digo poniendo los ojos en blanco.

-Ven, vamos a comer. - me levanto a colocar el libro en la mesita y tomo su mano yendo juntos al comedor.

-Tienes una pasión por los comedores grandes ¿eh? - le comento sentandome a su lado.

-Bueno, confío en que algún día se llenará por lo menos la mitad.

La comida llega y me apuro en comer.

Dulce Perdición  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora