¡A Trabajar!

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Diez días pasaron desde que llegaron de Miami, el trabajo no les daba tregua desde entonces. Kory se sentía en el paraíso, su cabeza no paraba de maquinar ni un segundo, y su efectividad no tenía reproche alguno. No se permitiría descansar hasta que todo estuviera listo, los nuevos proyectos para unir las dos compañías requerían toda su concentración. Para su suerte había conseguido buenos lugares para lo que tenían en mente su abuelo y el señor Phillip, y en tan solo diez días, ya había acordado reunirse con los propietarios de terrenos perfectos en Los Angeles y San Francisco, pero lo que más le emocionaba era esta gran oportunidad de comprar en Las Vegas. En la ciudad del pecado era casi imposible encontrar un buen sitio, su abuelo, sus tíos e incluso ella habían intentado construir un hotel en una buena zona sin éxito alguno, y hoy que por fin tenía la oportunidad de cumplir un sueño, no se iba a detener hasta alcanzarlo. La reunión virtual estaba por terminar, desde Las Vegas, Alexandra Davis le daba los últimos detalles del contrato que firmarían la semana siguiente, Kory podía saborear la victoria, le agradeció a su colega y dio por terminada la charla con la promesa de que se encontrarían el lunes de la otra semana. Celebró levantándose de su asiento y caminando hacia Kim, que la esperaba con los brazos abiertos, se abrazaron entusiasmadas hasta que Michael entró por la puerta.

— ¡KORY! ¡Hija, dime que es cierto! — le agarró la cabeza con ambas manos, juntando sus frentes, la emoción se notaba en sus ojos.

— Es nuestro abuelo, ¡es nuestro! — Mike la abrazó con toda la fuerza que tenía.

— ¡Eres una genio! ¡UNA GENIO!, ¿Cómo lo hiciste? — caminó por la habitación agitando los brazos.

— Tuve que ensuciarme las manos, pero eso no es lo importante; La próxima semana firmaré el contrato y empezaremos con las remodelaciones del lugar — le explicó a su abuelo sus planes a corto plazo.

— ¡Phillip! ¿Ya lo sabe? — la chica negó con la cabeza — Lo llamaré... — ambas mujeres lo vieron tomar su teléfono y marcar con las manos temblorosas de la emoción, sonrieron mientras el hombre caminaba por la habitación hablando con su mejor amigo. Kory le pidió a Kim que hablara con Nina y preparara todo para su viaje, quería todo listo para el domingo; La castaña se marchó enseguida, pronto las revistas empezarían a preguntar por detalles y ella tendría mucho trabajo que hacer.

— Kory, ¿Qué día te marchas? — le preguntó su abuelo aún al teléfono.

— El domingo — respondió extrañada.

— El domingo, Phillip. Sí, sí, se lo haré saber de inmediato, hablamos luego amigo — colgó el teléfono y la miró con una sonrisa — Hannah ira contigo — su nombre retumbó en la sala; Con los días, la rabia de su último encuentro fue creciendo dentro de ella, intentó entenderla pero su ego estaba sumamente herido.

— ¿Qué? — repicó un poco confundida, no entendía que papel iba a cumplir la pequeña Black en Las Vegas.

— Phillip la hará llegar el domingo por la noche, tendrás que recogerla en el aeropuerto— la rubia levantó ambas cejas — ¿Qué? Me dijiste que se habían llevado bien — respondió a la silenciosa queja.

— Que no nos odiemos no significa que nos amemos y queramos casarnos — dijo riendo incrédula, cruzando sus brazos retadora pero con una sonrisa burlona.

— Pero... — su abuelo intentó explicarle, pero ella no se lo permitió.

— Sí, sí, yo entiendo, la recogeré allá — No esperaba ver a la azabache tan pronto, la idea no la incomodaba, pero tampoco la entusiasmaba. El borroso recuerdo de su apasionado beso se instaló en su cabeza; A veces por las noches podía recordar sus gemidos y sentir su piel caliente estremecerse bajo sus dedos... para justo después oírla susurrar el nombre de aquella chica. Un golpe bajo sin duda.

MANN BOXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora