Acercamiento

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10:36 am... esos eran dieciséis minutos de retraso, como odiaba a las personas impuntuales, Kory agarró su maletín y su chaqueta, no estaba dispuesta a seguir perdiendo su tiempo. Después de haber saltado de fiesta en fiesta desde el viernes, su cabeza estaba por explotar; El mal genio se reflejó en su expresión mientras abandonaba el edificio sin mirar atrás, despidiéndose cordialmente de los empleados sin olvidar nunca sus modales, muestra de la buena educación de la joven. Detrás de ella y muy de cerca la seguía su fiel asistente.

— Enviaré un mensaje a los propietarios, ¿Quieres que suene un poco enfadado?— dijo esta tecleando rápidamente en su teléfono.

— ¡¿UN POCO, NINA?! QUIERO QUE LOS HAGAS LLORAR!!! Malditos bastardos... dejarme plantada cuando les hacemos un favor al comprar esta... — siguió vociferando, las personas a su alrededor miraban a Kory con miedo, la ira de la rubia era evidente, pero para Nina era un día más de trabajo.

Tener que aguantar el temperamento de la Mann no fue fácil al principio, pero no podía darse el lujo de renunciar a un trabajo con tan buena paga y una oportunidad tan grande. La misma Kory la había contratado hace un par de años, ella no aspiraba a mucho, era una joven de veintidós años con nada más que unos cursos certificados por el gobierno en gestión de documentos y comunicaciones, su experiencia era nula si no contaban los años trabajando de cajera a medio tiempo cuando iba a la secundaria. Sin embargo ahí estaba ella, Nina Kozlov, riéndose del aterrador mal humor de una de las mujeres más ricas del país y redactando un desalentador mensaje para las pobres víctimas de este lunes por la mañana.

Un auto las esperaba a una cuadra, antes de salir completamente del recinto Kory abrió una sombrilla no muy grande, ladeándola hacia su asistente para cubrirla de los potentes rayos del sol, gesto que Nina agradeció con una sonrisa sosteniéndose de su brazo para caminar hacía el auto, le agradaba que a pesar de las circunstancias la rubia nunca olvidaba su condición. No había que ser muy listo para entenderlo, Nina era albina, su cabello y su piel eran tan blancos que parecía un copo de nieve, llamaba la atención de todo el que estuviera cerca, se veía frágil pero era una mujer con los pantalones bien puestos y carácter fuerte. Kory le abrió la puerta trasera del auto y esperó a que entrara antes de cerrar la sombrilla y entrar al auto por el otro lado, sinceramente odiaba los chóferes, prefería conducir por si sola pero su abuelo insistía en el protocolo y los días como hoy se lo agradecía. Nina la miró subir al auto, esperándola con una pastilla y un poco de agua.

— ¿Sabes porque te contraté, Nina? — la albina negó con la cabeza y siguió escribiendo sus amenazas con felicidad.

— Porque no haces preguntas innecesarias, si hay algún problema lo resuelves sin quejas ni preguntas... Al la empresa, por favor Agus— tragó la pastilla luego de indicarle al chofer.

— Pero tú no sabías eso antes de contratarme — exclamó la albina.

— ¿Recuerdas qué pasó cuando entraste a mi oficina esa vez? —.

— Me pediste que leyera unos documentos apenas entre, no me había presentado ni si quiera —.

— Exacto, todos los demás empezaron con sus cuestionamientos estúpidos "¿De qué se trata esto?" "¿Para que lo necesita?", tú en cambio te sentaste y leíste, eso era todo lo que necesitaba, eficiencia y paz — Kory le acarició la cabeza como si de un perro se tratara y Nina respondió apartándose y fusilándola con la mirada antes de hablar de nuevo.

— Bueno, fue una manera un poco ruda de ponerme a prueba... Ahora, tu abuelo te esta esperando en la sala de conferencias, te sugiero que te encuentres con él antes de la reunión —.

— Disculpa, no sabía que tenía otro compromiso hoy, ¿Con quién nos reuniremos ahora? — la albina sintió la mirada de confusión de su jefa sobre ella.

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