Marcas del Cuerpo y Alma

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— Eres un imbecil, Thomas — le recriminó su hermana.

Todos miraban preocupados la cama donde yacía la única rubia entre ellos. Kory se removía incómoda, presa de la fiebre repentina que la embistió después de su ataque de pánico.

Rosie ponía paños de agua fría en su cabeza mientras se debatía que hacer. Si llamaba a Michael, este no dudaría en viajar, aun en su deplorable estado de salud, y contarle a sus tíos no haría mucha diferencia.

Verla sufrir en soledad le rompía el alma en mil pedazos, cuanta falta hacían Kurt y Annie en ese momento.

¿A quién podía acudir?
¿Realmente estaba sola en esto?

El hilo de sus pensamientos fue interrumpido por el sonido de la puerta al abrirse violentamente. Dina escaneó la habitación hasta dar con los ojos hinchados de Hannah.

Rápidamente, la tomó entre sus brazos — ¡Dios mio, ¿estás bien?! — la menor sintió alivió al tenerla cerca, nadie podía entender el miedo que sentía mejor que Dina Carter.

— Estoy bien, pero Kory...

La castaña dirigió su mirada hacía la chica en la cama. Se acercó con cautela, sentándose a su lado y apartando algunos finos cabellos de su rostro.

Como si pudiera sentir su presencia, Mann abrió los párpados despacio. Al ver su rostro afligido, sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez.

— Dina... lo siento... otra vez fallé — murmuró entrecortada.

Carter tomó su mano, apretándola con fuerza — No fallaste, Kory, llegaste a tiempo — dijo besándole los nudillos. Se acercó a su oído para susurrarle — Esta bien sentir miedo... yo no he dejado de temblar desde que llegué — le mostró su mano temblorosa mientras reía ligeramente.

La mayor se sentó con esfuerzo, sintiendo sus cuerpo débil. Recostó la frente en su hombro — Lo siento tanto... te prometí que iba a cuidarte, y fui tan irresponsable, todo esto es mi culpa — no se atrevía a mirarla, se sentía poco merecedora de su amabilidad.

— No me hables con la cabeza gacha — la regañó, obligándola a erguirse — No es tu culpa, tú no me violaste — la castaña dijo aquella palabra que por años las había atormentado y aterrorizado, dejando a la rubia estupefacta.

— Pero...

— Tú no me violaste, entiéndelo... — repitió con firmeza — soy yo quien te debe una disculpa, te hice sentir responsable de una situación donde las dos fuimos víctimas, y tú solo... te has hecho cargo de mí y de Steve todos estos años sin rechistar... no siento más que agradecimiento hacía ti, así que... por favor, deja de darte latigazos — secó sus lágrimas con delicadeza, sonriendo tenuemente.

Kory trató de imitar su sonrisa sin éxito — ¿puedo sentirme mal solo por hoy? — era casi tierno que le pidiera permiso para eso.

— Puedes... si me prometes que mañana saldrás de esta cama — volvió a acostarse pero asintió, accediendo a su promesa — ya vuelvo...

— ¿A dónde vas? — preguntó curiosa desde su posición.

— Te compraré algo de comer — respondió con simpleza.

— No, ni más faltaba... puedes traer algo de la cocina — Marie inclinó la cabeza — Es tu casa, adelante — la animo cordialmente. La chica abandonó la habitación en compañía de Rick, y la mayor aprovechó para preguntar — ¿quién es esa chica? —.

— Es Dina Carter... la hija de Ashton Carter — respondió Rosie con un marcado sonrojo en sus mejillas.

Sabía quien era por las noticias de aquel suceso, pero nunca esperó que la chica fuera tan guapa.

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