Kim observaba dentro de la habitación desde el marco de la puerta. Los padres de Nina habían llegado tan rápido como supieron que su hija adorada estaba en el hospital. La abrazaban y besaban con desespero, asegurándose de que estuviera bien, a la vez que la chica sonreía y les hablaba despacio tratando de calmarlos.
Kory estaba sentada cerca a la escena. Al principio la rubia se había acercado tímidamente a los Kozlov, temiendo su reacción. La primera vez que vió a los padres de Dina después del incidente con Trevor no salió nada bien, tenía miedo de que la historia se repitiera. Sin embargo, la madre de Nina la abrazó con fuerza, agradeciéndole en ruso y su padre llenó su cara de besos y apretó sus mejillas. Repitieron la misma acción con Kim, pero a diferencia de la rubia, ella decidió quedarse a una distancia prudente.
Cuando la adrenalina en su cuerpo empezó a mermar, Geller pudo pensar las cosas con calma, descubriendo fallos enormes en el "secuestro" de Nina. Habían cráteres enormes en esa historia, y ella no podía dejar de pensar en eso.
Por otro lado, tenía que pensar en como sacar a Hannah y Dina de su "detención", pues Roma las había castigado encerrándolas en un cuarto para que reflexionaran de sus acciones. A Hannah por cogerse a Kory en su oficina y a Dina por engañar al guardia y escabullirse por su departamento. A pesar de su libertad, Mann no había salido ilesa de la situación, su mejilla enrojecida pintada con los dedos de la Dra Simons daban fe de su castigo, pero al menos ella no había corrido cobardemente cuando la vio. Rio por lo bajo, retirándose del cuarto sigilosamente.
Necesitaba estar sola unos minutos y organizar sus pensamientos. Kory estaba demasiado feliz para notar que algo andaba mal, no iba a arruinarle su tranquilidad, por lo que se decidió a resolver el asunto por su cuenta.
Sumida en sus pensamientos, no notó la presencia de Harumi al final del pasillo — se lo que estás pensandooo... — canturreó.
—¡Fuck! — saltó por la interrupción — ¡Hija de puta... que maldita mala costumbre! — la reprendió.
— Me pagan por no hacer ruido, Kim — contestó riendo — ya te diste cuenta, ¿cierto? — la japonesa tomó un sorbo de café — vamos afuera, me apetece un cigarro —.
La castaña la siguió sin cuestionarle, si alguien podía ayudarla a armar el rompecabezas era Harumi Tanaka... una mente maestra, justo como ella. Salieron por la puerta trasera, asegurándose de tener suficiente privacidad.
— ¿Cambiaste de teléfono? — preguntó la azabache antes de tocar temas sensibles, recibiendo un asentimiento como respuesta — Haz tus preguntas, entonces —.
— ¿Por qué se la llevaron? No le pusieron un dedo encima ni buscaban un rescate — la japonesa se encogió de hombros — ¿Por qué ese hombre le apuntó a Kory cuando la vio? — nuevamente respondió con el mismo gesto.
Tanaka la observó detenidamente — Estás haciendo las preguntas correctas, mi querida Charlotte — respondió dándole una calada a su cigarrillo — Yo pensaría que esto no tiene nada que ver con tu noviecita — dijo seriamente.
— ¡No es mi novia! — aclaró por tercera vez.
El espeso humo inundó el aire unos segundos — Da igual... el secuestro de Nina Kozlov tenía otra intención, ¿se te ocurre algo? — Kim se apoyó de la baranda de metal, esforzándose por buscar donde conectaban los puntos.
— Kory estaba en San Francisco cerrando un trato importante — respondió pensativa — pero incluso cuando regresó, el trato terminó firmándose como ella deseaba —.
— Entonces no tiene nada que ver con el negocio. Sabían que Nina era importante para ella, y su desaparición la haría regresar, quien sea que esté detrás de esto, no la quería en San Francisco — ambas estaban usando toda su capacidad intelectual.
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MANN BOX
RomanceUna joven y exitosa empresaria se ve obligada a tener una relación con una estudiante de secundaria para no perderlo todo. Dos familias que comparten un pasado, muchos secretos que saldrán a la luz, mientras dos mujeres intentan sobrevivir en un mun...