Se levantó de mala gana, apretando sus ojos para adaptarse a la luz. La cabeza de Kory reposaba en su pecho, acarició sus cabellos con gentileza. No tardó mucho en notar que aún estaba borracha. No recordaba mucho de la noche anterior pero aun conservaba su vestido, y Kory no se había desecho ni de sus zapatos. Seguramente se quedaron dormidas apenas llegaron. Miró la hora con pereza... nueve y treinta. Dio un salto, despertando a la rubia abruptamente, quien cayó al suelo desorientada y confundida. Hannah rio.
— Lo siento — continúo riendo a carcajadas — es tarde, la prensa estará allí en treinta minutos — le informó, poniendo un pie en su pecho.
— Dios... — se acarició la espalda intentando sanar el dolor de la caida — Aún estoy ebria, ¿A qué hora llegamos aquí? — preguntó pero la menor solo se encogió de hombros.
— Recuerdo haber visto el sol cuando entramos — respondió riendo — Va, ve a darte un baño o no llegaremos — Mann se levantó.
— Ven conmigo, así terminamos lo de anoche — una propuesta demasiado directa e indecente.
— Después no querría salir de ahí — la rechazó levantándose de la cama — No quieres que mi papá nos pregunte por que no fuimos... ¿Qué podrías decirle? — dijo caminando al baño, pero Kory la alcanzó agarrándola de la cintura.
— Qué nos saltamos la boda y nos fuimos directo a la luna de miel — le dijo al oído, haciéndola reir dulcemente.
— Ve, si todo sale bien, te recompensaré más tarde — concluyó dándole un pequeño beso antes de encerrarse en su baño.
Kory arrastró los pies hasta el baño, aun se sentía un poco torpe por el alcohol. Vio la botella casi vacía en el tocador y se tomó lo que sobraba de un solo trago. Prefería mantener su borrachera viva antes que tener que lidiar con la resaca. Se bañó y arregló lo más rápido que pudo, intentando ser consciente del poco tiempo que tenía para hacerlo. Hannah entró a la habitación mientras ella se terminaba de abotonar la camisa lila.
— Déjame ayudarte — sus manos tomaron los botones con delicadeza — Te luce este color — la halagó regalándole una sonrisa tierna. Kory pensó estar alucinando.
— ¿Tú crees? — le preguntó girándose hacia el espejo, se miró detalladamente. Hannah tuvo la impresión de haber visto un deje de tristeza en su mirada.
— Si, te ves hermosa — de nuevo aquella mirada dolida — ¿Estás bien? — le preguntó consternada.
— Si... es sólo que... nadie me había dicho eso antes — La azabache la miró extrañada, con una risa atrapada entre sus dientes.
— ¿No te habían dicho que te ves hermosa? — preguntó incrédula pero Kory negó con la cabeza.
— Para halagarme suelen usar adjetivos como elegante, sensual, caliente, pero no linda, bonita o hermosa — le explicó, recogiendo sus accesorios para colocárselos.
— ¡Te están sexualizando! — respondió indignada.
— No es sólo eso... verás, este mundo esta tan sesgado por la jodida heteronormatividad que incluso los homosexuales tienden a asignarse roles dentro de sus relaciones. Parece que en mi suelen ver aspectos más dominantes que en mis parejas, por lo que evitan usar adjetivos muy "femeninos". Claro que eso también es un invento suyo, como que los hombres deben usar azul y las mujeres rosa. El caso es que me gustaría poder expresar mi sexualidad sin que me arrebaten mi feminidad, sin importar el rol que cumplo en mis relaciones, ¿entiendes? — Hannah se acercó y le plantó un beso corto.
— Ojalá te digan lo linda que eres más seguido... aunque también estás bien caliente — le contestó seductoramente, mordiéndose el labio inferior.
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MANN BOX
RomanceUna joven y exitosa empresaria se ve obligada a tener una relación con una estudiante de secundaria para no perderlo todo. Dos familias que comparten un pasado, muchos secretos que saldrán a la luz, mientras dos mujeres intentan sobrevivir en un mun...