Libros

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Había amanecido, prepare el desayuno, los niños comieron y se fueron a su cuarto a leer, dibujar, escribir u lo que sea.

Estaba recogiendo todo cuando esa maldita puerta fue abierta y él entro los niños salieron a saludarlo, si no lo hacían él me golpeaba y les decía a ellos que era su culpa.

Tae: ¿Ya desayunaste?

<No>

Tae: Bien, desayunemos juntos

No me gustaba, no toleraba comer con él ni tener nada que ver con él pero los niños ya necesitaban libros para colear, cuadernos y libros para leer así que tenía que aprovechar a hacer eso.

<Necesito pedirte un favor>

Deje el plato en la mesa delante de él y el sartén con el desayuno, le serví y luego me serví, me senté y comencé a comer esperando respuesta de su parte.

Tae: ¿Se te ha olvidado cuál es tu lugar? ¿Tengo que recordarte que no eres nadie para estar en posición de pedirme algo y menos un favor?

<Lo sé, pero no es para mí>

Tae: Habla

<A los niños les faltan libros para colear y leer, cuadernos, colores, lápices, ya no tienen y los libros ya los terminaron junto con los cuadernos>

Tae: Les traje hace poco

<Hace un mes y medio trajiste esas cosas>

Tae: Calla

Después de su orden ya no dije nada y me dedique a comer, al terminar él se fue y yo recogí todo, el resto del día me la pasé con los niños jugando.

Y cuando dieron las 6:00 comencé a preparar la comida, lo malo de estar con Tae es que cualquier día podría llegar a desayunar, comer o cenar sin avisar y sino había para él se enojaba.

Cuando la cena estuvo lista hablé a los niños pero la puerta fue abierta y él entro con bolsas cargando en sus manos, los niños voltearon al igual que yo.

Nam: Bienvenido padre

Jin: Bienvenido

Tae: Tomen

Los niños se acercaron y tomaron las bolsas, sonrieron y agradecieron, les había comprado lo que le pedí, todos cenamos y cuando ellos terminaron se fueron a acostar.

<Gracias>

Tae: Sabes la forma en la que debes agradecer

<Ve al cuarto, terminó de recoger y voy>

Tae: Te esperaré

Sabía que la forma de agradecerle era teniendo sexo con él hasta que se cansará, podía ser una tras otra vez y no podía decir ni hacer nada.

Eres mío conejito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora