Capítulo 31 - II

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31. Sorpresa - II


—¡¡Feliz cumpleaños Jonathan!!

Toda la gente gritó, había demasiada gente y confeti salió por todas partes. El chico se sobresaltó para luego reaccionar con alegría. A parte de su familia y amigos, había otras personas más adultas que no conocía, los cuales estaban vestidos con trajes elegantes, y otros jóvenes como de nuestras edades o más pequeños vestidos con ropa sport.

El lugar estaba con globos de todos los colores, y algunas serpentinas azules y verdes plateadas. Mesones con mucha comida que no daba ganas de tocarlas porque estaban adornados tan perfectos, muchas de las comidas tenían notas musicales, instrumentos o dibujos de algunas bandas antiguas y modernas ¿¡cómo eso era posible!? Una gran decoración. Al fondo había una mesa con regalos de todos los tamaños.

—¡Por qué no me dijiste cuando cumplías años! —le regañe en susurro.

—Para serte sincero no me acordaba —susurro divertido—. Puedo acordarme de muchas cosas, de los cumpleaños de los demás, pero del mío jamás ¿gracioso no?

¡No tenía ningún regalo!

—¡Un brindis por mi primogénito! —hablo su papá con orgullo levantando una copa.

Estaba igual de elegante que su esposa ¡Había llegado su papá! Hasta yo me emocione. Él estaba con un terno negro y ella con un vestido de encaje blanco mientras lucia algunas joyas.

Todos alzaron sus copas al cielo mientras que Antonia muy sutilmente me paso una copa de champagne, le di un 'gracias' en susurro y ella asintió emocionada. Su aroma fue tan fuerte que causó que soltara un estornudo pequeño por lo bajo.

—¡Por Jonathan! —dijimos todos para luego beber, hice una mueca de asco.

La sonrisa del chico estaba más resplandeciente que nunca. Quería ver esa sonrisa para toda la vida.

Su madre se acercó con un gran ramo de rosas abrazando a su hijo—Feliz cumpleaños mi Pollito.

—Mamá no me digas así, hay mucha gente presente —protesto murmurando y yo reí por lo bajo.

—Te diré así hasta que seas como una pasa, gorda y arrugaba.

Él chico rodó los ojos abrazándola, pero su abrazo se agrandó aún más cuando toda su familia corrió abrazarlo. Sus hermanos se burlaban de él porque 'ya estaría más viejo', las más pequeñas le daban besos es su rostro mientras él las tenía alzadas a las dos «Si que es fuerte eh, a ti te toma como una pluma» dijo mi subconsciente ¡Ay no cállate! Me alegraba porque eso no lo dije en voz alta, no era el momento de pensar esas cosas.

Cuando su familia lo soltó Antonia se trepó de él depositando muchos besos cortos en su rostro y desordeno su cabello; luego se acercó el más bajo del pequeño grupo de amigos.

—¡Ahora me toca a mí besarlo! —dijo en una voz femenina Max tomándolo con fuerza y con ambas manos su rostro— ¡Muak! —tuvo que saltar un poco por la estatura del chico— ¿Por qué tienes que ser tan alto amado mío? No ves que no puedo besarte con facilidad.

Reí por las cosas que, hacia este chico, era muy loco. Por último, se acercó mi hermano también abrazándolo, ahora estaba con muletas.

—Te doy un abrazo con mis palos —bromeó.

—De igual modo siento tu cariño hermano —le contesto él.

Jonathan estaba feliz y eso me hacía feliz a mí. Poco a poco se empezó acercar más gente deseándole feliz cumpleaños, palabras de apoyado, etcétera.

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