Estrella de cristal

Capítulo 26

26. Una mala noticia y un campeonato de natación 

Miedo, eso es lo único que sentía en estos momentos.

Era increíble como uno podía salir de casa y no saber en qué estado iba a volver.

—¡Amelia! ¡Amelia espera por favor! —grita mi mejor amigo, pero no le hago caso.

Sin saber qué hacer y con mis lágrimas cayendo sigo mi camino sin saber a dónde voy. Él llega donde mí abrazándome fuertemente sin decirme algo más, intento zafarme, pero me es imposible. Siento que mi corazón se va desgarrando poco a poco.

Lo único que quiero es morir.

¿Por qué a las personas buenas les tenía que pasar cosas malas?

En eso llega Agustina gritando que subamos al autobús, eso solo nos demorara a nuestro lugar de destino. No puedo respirar, ni tampoco hablar, tengo un maldito nudo en la garganta.

Él no, por favor él no podría ser.

Todo comenzó por esa llamada.

Estaba en clases de literatura haciendo un cómic, iba a mostrarle mi avance al profesor cuando recibí esa llamada. La contesté con una sonrisa en mi rostro, pero esta se desvaneció al no escuchar su voz.

—Amelia soy Antonia... Charli-e-e —su voz se entre corto impidiéndole hablar.

—¿Qué pasa? ¿Dónde está? —pregunté extrañada.

—Es-sta-mos... yendo a la HCI.

El teléfono cayó al suelo haciendo eco en la sala y el profesor se asustó pregúntame que me pasaba. Escuchaba su voz a lo lejos sin poder procesar aquella llamada. Sin decir nada salí corriendo del lugar, no iba a perder tiempo. Mi amiga me empezó a seguir gritando mi nombre.

—¡Mira Princesa lo que te traje! —Jordán habló mostrándome un cupcake.

El desespero se apoderaba de mí provocando que pensara un millón de cosas horribles.

—¡Es mi hermano! ¡Hospital! ¡HCI! ¡Charlie! —grité tomando mis cabellos.

Ahora me encontraba mirando por la ventana, las lágrimas no paraban su curso. Ese maldito miedo seguía ahí mientras trataba de pensar positivo, pensar que él estaba bien y de que solo le había pasado algo leve.

¿Qué pasó? ¿Por qué a él? ¿Por qué a mí única familia?

Baje corriendo abriendo las puertas de este lugar horrible, buscando y preguntando por Charlie William. Mis ojos se abrieron a la par cuando me percate que no estaba en un simple hospital, no había captado la llamada del todo bien. Me encontraba en la HCI: Hospital de Cuidados Intensivos. Poco a poco comencé a caer colocando mis ojos en el rostro ahogándome de dolor por mis llantos que era lo que más se escuchaba en este lugar, pero no me importaba. Mis rodillas estaban por tocar el suelo cuando me detuvieron de golpe.

—Jamás permitas que te vean débil Princesa, eres más fuerte de lo que crees —escuche la voz de mi mejor amigo, su voz era tan segura al decir todo eso.

Sin poder responderle me levantó comenzando a caminar, mi amiga le decía dónde estaba el pasillo y otras cosas más que no comprendí.

En mi mente solo estaba la imagen de mi hermano.

Llegamos al piso cinco. Había un pasillo un poco más oscuro con plástico alrededor en frente de nosotros, las puertas eran muy anchas en cada costado y se veía con mucha más seguridad que otras secciones de este lugar, quise avanzar más, pero Jordán me lo impidió llevándome a una sala al costado.