• Advertencias: lemon.
⌒⌒⌒⌒⌒࿐ ࿔*:・゚
—¡Marlene, Ruth! —les llamó Nifa, asomándose por la puerta de la habitación—. ¡Dense prisa, por favor! ¡Vamos atrasadas!
—¡Sí, sí, sí! —respondió Ruth tranquilamente—. ¡Sólo dame un segundo! —forcejeó con el corsé, apretándolo más de lo debido y provocando que la reina hiciera un gesto como si estuviera a punto de vomitar—. ¡Ups, lo siento! —se disculpó genuinamente, aflojando su vestimenta.
—¡Para la belleza nunca hay tiempo suficiente! —objetó Marlene, terminando de peinar los dorados cabellos de la omega—. ¡Ta-dá! ¡Ha quedado preciosa! —festejó alegremente, dando vueltas sobre su propio eje mientras aplaudía repetidas veces, orgullosa de su trabajo.
—¡No molestes! —exclamó Ruth, señalándose con orgullo para posteriormente espetar—: ¡lo que yo he hecho está mejor!
—¿Ah, si? —cuestionó Marlene, cruzándose de brazos con burla—. Pues veamos que piensa la reina al respecto. Su majestad, por favor dennos su veredicto —pidió la castaña, inclinándose levemente hacia ella mientras con su mano derecha le indicaba que se dirigiera al gran espejo que se sostenía firmemente en la esquina contraria.
La omega asintió, levantándose con cautela mientras caminaba hacia él con los ojos cerrados y siendo conducida por Ruth. Una vez que estuvo frente a él, la criada le indicó que podía abrir los ojos.
Un corto pestañeo fue suficiente para percatarse de la minuciosa labor que requirió gran esfuerzo por parte de las criadas. Su largo vestido de seda blanca junto al perfecto corsé fabricado por ellas hacía juego con las flores blancas que adornaban los espacios de sus largas trenzas, las cuales se aglomeraban y recogían en la parte posterior de su cabeza. Asimismo, la gran corona de oro encajaba correctamente en su peinado.
Se quedó en silencio durante varios segundos, completamente estática. No gesticuló palabra o movimiento alguno, simplemente analizaba su reflejo. Las criadas palidecieron e intercambiaron miradas nerviosas, dedujeron que sus esfuerzos habían sido en vano. Temerosas, se alejaron unos cuantos pasos antes de que una de ellas pudiera pronunciar:
—¿No... No le gustó? —preguntó Ruth, ciertamente asustada. Vislumbró el peor de los escenarios: esperaba que la rubia tirara todo en un ataque de ira y comenzara a insultarles descaradamente, puesto que eso hacía cuando su padre aún vivía. Sin embargo, ambas criadas quedaron boquiabiertas en cuanto la rubia giró para mostrarles una amplia sonrisa mientras algunas lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
—Es hermoso —agradeció genuinamente, pasándose los dedos por las orillas de sus ojos—. ¡Gracias por tanto, chicas! —saltó hacia ellas, envolviéndolas en un afectuoso abrazo.
Ambas criadas se miraron con asombro, pero se encogieron de hombros y suspiraron con alivio. Correspondieron al abrazo de su reina, sintiéndose verdaderamente afortunadas de que su trabajo haya sido reconocido.
—¡Su majestad, se nos hace tarde! —presionó Nifa, recordándole el escaso tiempo que les sobraba. Extendió su mano amablemente, la cual fue tomada casi al instante por la reina—. ¡A ustedes dos, las espero en el pasillo principal! —les mencionó a sus compañeras, mirándolas de reojo.
Caminaron hacia el salón principal, dispuestas a desalojar el castillo. No obstante, sus propósitos fueron interrumpidos por Hannah, quien se paró abruptamente delante de ellas.
—Oh no, cielo. Estás muy ocupada, deja que me encargue yo —pidió la pecosa, sonriéndole gentilmente.
A la omega se le hizo algo extraño, así que miró a la reina en busca de una respuesta. La rubia asintió, indicándole que todo estaría bien. Algo desconfiada, soltó a Historia en sus manos y acto seguido ella se marchó para continuar supervisando los preparativos.
ESTÁS LEYENDO
Seamos malos juntos || Yumihisu y Eremin
Fanfiction❝Tarde o temprano llegará alguien que te corrompa, o conforme pase el tiempo la curiosidad te podría traicionar. Armin e Historia eran los próximos herederos al trono, debían conseguir una pareja y procrear, pero ninguno de los dos se mostraba inter...