—Esa omega es estúpida —dijo el rey Karl sin ningún tipo de lástima, carente de empatía como era común en él—. La segunda decepción más grande de la familia, después de Uri claramente.
—Sí, es evidente su lentitud, ¿pero qué podía esperarse de los descendientes de Uri y un sucio Ackerman? —preguntó con sorna Ulklin, entrometiéndose en la conversación.
—Jamás creí que esto realmente sucedería —admitió Rod, rascándose la barbilla mientras trataba de analizar la información—. Así que ahora sabemos que esa mujer no nos tomó el pelo. ¿Es por esa razón que lo permitiste, padre? —miró seriamente al nombrado, quien solamente sonrió de lado.
—No tienes idea de quiénes son ellos, ni de lo que son capaces de hacer —respondió el rey, cerrando los ojos durante unos segundos—. Los Ackerman son bestias imposibles de domesticar. Son almas salvajes que siempre reclamarán lo que es suyo. Son, simplemente inevitables.
—¿Cuál es el sentido de todo eso? ¡Tenemos mucho más poder que ellos! —exclamó Ulklin, tan imprudente como un muchacho de su edad podía ser—. ¡Debió haberlo fusilado cuando tuvo oportunidad, ahora dejaron crías!
El rey frunció el ceño, notablemente molesto.
—¿Qué no le enseñaste modales, Rod? —miró a su hijo, luego a su nieto—. Cuida el tono con el que me hablas, mocoso —vociferó Karl, a lo que el castaño contestó con una reverencia a modo de disculpa—. No espero que un niñato como tú entienda la gravedad del asunto, con esa impulsividad jamás podrías hacerlo. Para ser honesto, no hay mucha diferencia entre tú y las escorias que tanto repudias.
—Abuelo, ¡yo soy mucho mejor que los hijos de Uri y lo sabe! —protestó Ulklin, posicionando su mano derecha sobre su pecho—. ¡Esos dos no son más que basura!
—No lo son —intervino Frieda—. El varón tiene una mente brillante —admitió, recordando la previa charla que tuvieron en la cual quedó asombrada ante las habilidades del rubio—, y a la mujer sólo le hace falta liberar su potencial —confesó, mirando con determinación a todos los presentes—. Yo me ofrezco para guiarla hasta ese trayecto. La haré una mujer de bien, le enseñaré todo lo que sé e incluso más, haré que se convierta en alguien de quien puedan sentirse dignos.
—Jamás podré sentirme digno de un mestizo —contestó Karl, levantando el mentón, mirando a su nieta con superioridad.
—Pero ya están aquí, y si les ha perdonado la vida es por algo, ¿no es así? —razonó la alfa, dedicándole una sonrisa al rey—. Desconozco los motivos por los que ha permitido que esto ocurra, así como el verdadero propósito, pero —dudó, confundida ante lo que estaba a punto de decir—... Pero si hay algo en lo que pueda colaborar, lo haré sin objeción alguna. Permítame esculpirla a mi imagen y semejanza, por favor, abuelo —suplicó.
—Frieda...—mencionó su hermano con asombro. No podía creer que realmente se estuviese ofreciendo a educar a una zarrapastrosa pulga como aquella niña.
El rey parecía meditarlo aunque su expresión facial clamaba un rotundo no.
—Sepa perdonar la indecencia de mis hijos, padre —se disculpó Rod, golpeando de una palmada la cabeza de sus dos descendientes—. Tanto tiempo en la guerra ha hecho que olviden hacia quién se dirigen.
—Está bien —respondió el rey, luego de varios segundos de silencio—. Haz lo que te plazca con Historia, Frieda. La dejo a tu cargo —dijo sin emoción—. Pero mantente alejada del varón. Si me llego a enterar que tuviste alguna especie de contacto con él, te desterraré del reino, ¿entendiste?
Los tres alfas se quedaron pasmados ante la condición del rey, sin embargo, optaron por permanecer en silencio y simplemente acatarlo pues sabían lo mucho que a Karl le enfurecía ser juzgado por sus decisiones.
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Seamos malos juntos || Yumihisu y Eremin
Fanfic❝Tarde o temprano llegará alguien que te corrompa, o conforme pase el tiempo la curiosidad te podría traicionar. Armin e Historia eran los próximos herederos al trono, debían conseguir una pareja y procrear, pero ninguno de los dos se mostraba inter...