Capítulo 13 Búscala...

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Lena.

—¿Por qué hiciste eso, Elli? —mi voz fue tan fría y llena de ira que Elli se estremeció.

— Solo fue un simple juego, nena.— Intentó sonar divertida.

— A mí no me pareció divertido.

— Relájate, Lena. Ya volverá. ¿Quién puede resistirse a ti?

De repente los labios rosas de Charlie aparecieron en mi mente, pegados a las ganas que tenía por besarlos y con la misma intensidad como si la tuviera en frente. Elli se movió sigilosa como si leyera mi mente, tomo mi cara entre sus manos y la pasión broto de mí como la lava de un volcán.

— Nadie puede resistirse a ti, nena.

Fui yo quien empezó el beso, un beso lleno de ira y deseo. Desesperada por conseguir algo que aún no había probado, algo que deseaba y se estaba volviendo  molesto. Molesto porque no la podía sacar de mi cabeza. Charlie,   ella era todo lo que quería.

Elli jugaba con mi lengua como si fuera lo único que ella necesitaba para vivir y entonces vino a mí la culpa y el arrepentimiento, pero aun así no podía detenerla porque a pesar de todo la desea a ella también, como mujer. Ya no importaba el pasado, no la quería lejos de mí.

— ¿Lena, está ahí? — la voz de Jaap detrás de la puerta nos interrumpió.

Me separé de ella e intenté controlar mi respiración, Elli intentaba arreglar su ropa. Abrí la puerta y me encontré con la mirada dudosa de Jaap.

— Me acabo de encontrar a Charlotte en un pasillo. Iba corriendo. ¿Qué le paso?

— Hubo un inconveniente, Jaap. Necesito que te encargues de algo.

— Yo lo sabía. Era mejor no contratar a una mortal; son inútiles.

Le dediqué un gesto duro y él se enderezó. Luego le conté lo que había pasado con Lena y Sepherine y lo deje a cargo de arreglar el desastre de los libros. Cuando Jaap se fue nervioso me volví a Elli.

— ¿Terminamos lo que empezamos?— preguntó con voz lujuriosa.

— No, Elli. Tengo algo importante que decir, pero es mejor hacerlo en casa con papá y Ema presente.

Papá y Ellisia estaba sentados en la mesa y Ema tenía la cabeza apoyada en mi hombro en su habitual gesto de cariño. Y Ellisia se movía molesta en su asiento.

— ¿Qué tienes que decirnos, Lena? — papá se adelantó a todos y en sus ojos azueles había un atisbo de precaución.

— Me enteré de cierta forma un tanto complicada... — dije confundida —  quien fue el que dejo la nota con mi nombre y todo lo demás en la casa.

— ¿Quién, amor mío? —dijo Ema alarmada a mi lado.

— Sepherine.

Todos se quedaron paralizados y confundidos al igual que yo. Las expresiones de sus rostros eran anormales.

— ¿Sepherine? ¿Las más poderosas de todas? ¿La bruja? —preguntó papá en fragmentos prolongados como si fuese incapaz de ordenar sus ideas.  

— Si, eso creo.— respondí con la misma confusión

— Pero si Sepherine murió hace siglos.— dijo Elli.

— Si, lo sé. Por eso yo misma no entiendo nada.

— ¿Cómo te enteraste, Lena?— preguntó papá

— Me lo dijo Charlie. Sepherine se apareció por la librería y le dijo que me dijera que había sido ella y que solo era el comienzo.

— ¿Quién es Charlie? - dijo papá, al parecer de todo lo que le dije fue lo más importante para él 

Encantando a CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora