Charlie.
Deambulaba por una oscuridad que me asustaba. En ocasiones escuchaba la voz de Lena y no podía encontrarla. No sé por cuánto tiempo caminé a ciegas hasta que la vi a lo lejos, corrí desesperada y me detuve frente a ella. Sus ojos azules estaban vidriosos y su expresión era distante. No había rastro de la Lena que amaba. No importo cuanto le hable porque no respondió. Empecé a sentirme desolada y solo quería llorar, pero las lágrimas no salían. Rodee a Lena con mis brazos y su tacto era frío y desagradable, pero era la única que me acompañaba. La amaba tanto, aunque esta Lena no me amaba a mí. Me quede abrazada a ella durante horas eternas. Tenía la esperanza de que mi amor la haría reaccionar. Mucho tiempo después finalmente un calor agradable nos empezó a rodear, y Lena desapareció de mis brazos sin embargo no quede sola su presencia estaba en todas partes.
Mis parpados se abrieron pesados como si llevara una eternidad que no los usaba. La luz tenue me deslumbro y tarde unos minutos en acostumbrarme. Estaba en una habitación desconocida y vi al padre de Lena dormido sobre una silla en el fondo. Entonces los recuerdos pasaron en mi mente como una película de terror.
Intente levantarme aunque mi cuerpo débil no me respondió, estaba más delgada de lo habitual y mis manos tenían un color grisáceo pálido.
—Señor Isac...—lo llamé y me sorprendió la delicadeza de mi voz.
Él se movió incómodo y se despertó, al verme sus ojos resplandecieron como dos soles brillantes y joviales.
— Charlotte, cariño.— soltó y se movió rápido hasta mi lado — ¿Cómo te sientes?
— No tengo palabras para describirlo, señor Isac.
— Me imagino.— dijo el sonriente al parecer le agradaba mucho mi despertar. — Por favor no me digas Señor, es raro. Y ya verás que te recuperaras rápido.
Yo solté una risita débil, pero solo había una sola persona a quien realmente quería ver. Tenía muchas preguntas que hacer.
— ¿Dónde está Lena?
Él se movió incómodo y triste.
— No lo sé, Charlotte.— dijo y por primera vez sentí mi corazón en el pecho. — hace un mes que desapareció.
— ¿Un mes? ¿Quiere decir que yo tenía un mes dormida?
— Un poco más, cariño.
— Pero... ¿Por qué se fue? ¿Por qué me dejo aquí?— pregunté llena de dolor.
— Hay muchas cosas que debo explicarte, Charlotte.
Tenía una inmensa idea de lo que se refería Isac. Pero entonces mi estómago rugió como un león y sentí el hambre de todo un mes. Isac salió de la habitación con la intención de buscarme comida. Regreso diez minutos más tarde acompañado por Ema y Ellisia. Ellas me observaban sonrientes de alguna forma. Pero yo fui incapaz de sostenerle las miradas.
— Aquí esta, cariño — me dijo Isac y depósito en mi regazo una bandeja. Había una taza de sopa que se veía realmente deliciosa. Inmediatamente tome la cuchara y tome un poco, sabía a manjar de dioses y un gemido se escapó de mi garganta. Todos me observaron comer en silencio sin incomodarme, al contrario, lo agradecí. Cuando termine en unos minutos después, hable:
— Gracias. Estaba realmente deliciosa.
— Es una de las maravillas de Ema.— dijo y retiro la bandeja.
Ella sonrió ampliamente y yo asentí como gesto de agradecimiento.
— Por favor, quiero que me expliquen todo sin rodeos. — dije con firmeza.
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Encantando a Charlie
FantasyLena es una bruja con una maldición. Charlie es una mortal común y corriente. El destino las unirá en una historia llena de fantasía, pasión y hechizos. El pasado de lena pesa mucho, pero el amor de Charlie ¿sera suficiente?