Capítulo 17 ¿Cumpleaños Feliz?

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Lena

  Después de mi conversación con Charlie, papá y yo habíamos ido al pasillo y examinamos una vez más la escena.

  Eran más de las siete cuando llegamos a casa. Ema estaba haciendo la cena y Elli no estaba.

Papá tomo varias botellitas del estante en el rincón y yo tome un bol de hierro. Ema nos miró fijamente.

— ¿Que van hacer? — ronroneo curiosa

— La poción para  encontrar el recuerdo de Lena.

— ¿Porque con tanta urgencia?

— Porque hubo otra amenaza, Ema.-— le dije

    Después de contarle los detalles a Ema, papá hizo la poción. Tardo exactamente una hora diciendo oraciones largas. El hechizo era muy complicado, traer a flote un recuerdo que tenía años enterrados en mi mente y que yo no quería buscar  por voluntad propia lo empeoraba. Jugar con la memoria era un asunto muy delicado. Tendríamos que esperar mínimo dos días para que la poción se asentara. La espera seria tortuosa.

    Me desperté sin abrir los ojos, era raro que no sintiera los cuerpos de Ema y Elli apretujándome. Cuando abrí los ojos un montón de mariposas de colores me dio los buenos días. Era un espectáculo hermoso digno de una bruja como Elli. La encontré sentada junto a la ventana observándome.

— Buen día, nena. — dijo y se irguió elegante — El día y el alba, las olas del mar, el viento cálido, las estrellas en el cielo y yo, sobre todo yo estoy feliz por este día.

No entendía por qué lo decía, pero era hermoso. Elli se acercó hasta sentarse a mi lado. Me abrazo fuertemente y se hundió en mi cuello.

— Feliz cumpleaños, Lena. Te amo.

¿Qué clase de persona olvida su propio cumpleaños? Entonces me contagio su dicha.

— Gracias, Elli. Yo también te amo. 

   Era raro decírselo pero no podía negarlo y aunque era un amor diferente al que sentía por Charlie, era real. Ella me dio un beso tímido y yo le respondí.

   Cuando baje a la cocina me encontré a Ema con su mejor vestido negro. La hacia ver muy sensual ocultando perfectamente su ternura.

— Buen día, mi ave fénix. —dijo y se lanzó sobre mí. Me dio miles de besos hasta en las orejas. Me lamio cuantas veces quiso y finalmente se apartó. — Te tengo una sorpresa. Cierras los ojos.   

Hice lo que ella me pidió. Me causaba curiosidad saber lo que me daría. Hacía mucho tiempo que no recibía sorpresas agradables en un mismo día.

— Abre la boca.— susurro en mi oreja.

Cuando abrí la boca una bolita pequeña se introdujo dentro. La explosión de sabores llego un segundo después y entonces no pude evitarlo; las lágrimas salieron de mis ojos como si fuera una cascada.

— Los chocolates de mamá. — dije

— Los hice yo, amor mío. Especialmente para este día.— sus ojos brillaban con tanta intensidad que quise besarla y abrazarla. Y lo hice.

— Sabes que eres el amor de mi vida. ¿Verdad? -—ronroneo desde mi pecho.

— Si, Ema. ¿Cómo podría pagarte tanto amor?— mis brazos la rodeaban fuertemente.

Aunque era una pregunta retórica ella respondió bajito.

— Hazme el amor.

    El regalo de papá fue un desayuno de reyes, exquisito. Luego me llevo hasta la librería. En la entrada estaba Jaap esperándome con una cajita rosa.

Encantando a CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora