Capitulo 26 Con Elegancia

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Ellisia.

Estaba viendo a Ema que buscaba algo en la mesita de noche. Era una chica muy hermosa, tierna en todos los sentidos pero también podía ser sensual. Últimamente pasaba más tiempo con ella que con Lena quien había desaparecido un mes entero y ahora que tenía a Charlie apenas nos prestaba atención. Decidimos compartir la habitación de huésped cuando Charlie se estaba recuperando.

Estaba empezando a tener sentimientos que no podía explicar por Ema. Quería estar todo el tiempo con ella pero no era como con Lena había una diferencia enorme de la tierra al cielo. Con Ema me sentía en paz.

— ¿Por qué me ves así?— me preguntó cuando se giró.

— ¿Cómo?— solté nerviosa

—Raro.

— Lo siento, no quise incomodarte.

— Tranquila, Elli.

Se entretuvo un rato buscando en el closet dos vestidos, luego se volteó y preguntó.

— ¿Cual me quedaría mejor?

Me enseño un vestido de tirantes y otro de mangas largas, los dos negros.

— El de mangas largas.— dije. Iba más con su personalidad.

— Perfecto.— dijo sonriente y metió el otro en el closet. — ¿Vamos a cenar esta noche?

Me quede helada. Y me ruborice como chica quinceañera.

— Sí, claro.

— Tengo mucho tiempo que no hago nada divertido. Ahora Lena esta con Charlie y pues no nos presta atención.

— Tienes razón.

Ema se tiró en la cama junto a mí.

Y sin decir nada me abrazo. ¿Cómo podía ser tan cariñosa? Yo me moví inquieta y mi corazón palpito de una forma rara, diferente a otras veces.

— ¿Estas enamorada de Lena?— preguntó de repente

Analice la pregunta por un rato que permanecimos en silencio y busque en mis sentimientos, los compare, los medí y me volví un ocho.

— Si pero no... No sé... Creo que lo estoy en cierto modo. Con Lena viví cosas muy intensas. Sentimientos que aunque quisiera explicar no podría. Y si tuviera que dar mi vida por ella lo haría sin pensar... Pero ella ahora esta con Charlie. Así que tendré que hacerme a un lado.

—Bueno... Supongo que si lo estás. A mí me sucede lo mismo.— dijo Ema y suspiró hondo.

El ruido de la puerta hizo que nos separamos exaltadas como si estuviéramos haciendo algo indebido.

—¿Que estaban haciendo?— dijo Lena divertida

— Nada— respondimos al unísono

Lena atravesó la distancia en paso rápido y se sentó en la cama.

— ¿Que estabas haciendo tú? Tienes el aspecto que no has dormido nada pero que no la pasaste mal.

Lena se puso tan roja como una manzana pero no dijo nada y su silencio hablo.

— Ellisia, debo pedirte disculpa por ser tan idiota.— dijo arrepentida y yo sé a lo que se refería.— Sé que ustedes se preocupan por mí y yo he sido desconsidera. Por favor, perdóname.

— Estas perdonada, bruja idiota.—dije y la abrace.

— Voy a necesitar su ayuda. — me miro y luego miro a Ema y por su expresión supe que era algo muy serio.

Encantando a CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora