De Los Días Que Te Amé © [PAUSADA]

Capítulo Diez: Cercanía

Reese

Los días pasaron y seguí haciendo mi trabajo. Dado que el proyecto estaba avanzando a grandes escalas, tenía que estar más tiempo en el acuario y menos en la constructora. Estaba haciéndome cargo de los detalles que cada área necesitaba y también de los preparativos de los materiales que se usarían en cada una de ellas.
Habían cosas que hacer por mi propia cuenta y había dejado a Ethan en paz.

Trataba de hacerme de un espacio para no acostumbrarme a su presencia.

Me agradaba, no iba a mentir, pero también estaba consciente de que él no se quedaría mucho tiempo, por lo que no le veía el caso a estar pendiente de crear una amistad que bien podría significar nada en la vida de ambos.
Así que aquí estaba. Tratando de evitar a toda costa quedarme más tiempo a solas con él.

—Que los chicos comiencen a revisar los materiales, los planos y las especies del área B —. Ordené a Lita mientras tomaba mi estuche y lo colgaba en mi espalda—. Iré a revisar la construcción, creo que Mike tiene algunos problemas y no quiero que se empiece a distorsionar mi visión.

—Por supuesto, señor —. Lita asintió mientras anotaba todo—. ¿Paso a dejarle su almuerzo a la constructora?

—No, déjalo —. Negué guardando mi teléfono en mi saco—. Voy a tardarme demasiado y no sé si tenga tiempo de comer.

Miré mi reloj.

—Que hagan llegar algo a mi departamento en la noche, creo que será mejor si como en casa —. Miré a Lita de nuevo—. Pero asegúrate de que no sea sushi, no creo que mi estómago aguante más pescado. Lo detesto.

—No lo sabía —. Dijo sorprendida y después sonrió—. Pero me aseguraré de que le llegue algo rico esta vez.

Asentí.

—Gracias, Lita. No sé qué haría sin tu magia.

Ella se sonrojó de nuevo y yo miré a Ethan quien se había mantenido de pie a su lado y en silencio esperando a que le diera alguna orden.

—Revisa con Joe los planos de todos, si algo no te gusta, hazlo saber de inmediato. Estoy seguro que el área infantil será donde trabajarás mejor, aunque ten cuidado, Hugo no gusta de trabajar en equipo. Será un reto —. Le sonreí y él asintió.

—Haré mi mejor esfuerzo.

—Bien.

Tomé el resto de mis cosas y antes de salir, Ethan habló.

—¿No estaría bien si me doy una vuelta más tarde por la construcción? Quizá me necesite.

—No —negué de inmediato—, me sirves más aquí que allá.

—Creí que tenía que estar al pendiente de lo mismo que usted.

—Ahora mismo es preciso que atiendas los asuntos para los que estás más calificado que yo —le hice saber. No confiaba en nadie más para hacer lo que le encargué—. Eres el más adecuado para ayudar a Hugo. No es bueno con los niños.

—Ni con nadie en realidad —. Murmuró Lita y sonreí por inercia.

Hugo no era popular por hacerse de amigos, al contrario, creo que a nadie le gustaba entrar a su oficina si no era estrictamente necesario. Pero es el mejor en su trabajo, así que lo dejaba pasar dado que me importa más su eficiencia que su carácter.

—Confío en ti, Ethan.

Él asintió y yo abrí la puerta de mi oficina para salir.

—Eso es todo, si hay problemas con algo, pueden llamarme. Tendré el teléfono cerca.