Capítulo Treinta: Volveré A Ti

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Reese

Tres días después...

—Sigues siendo un desastre para hacer esto —Jane sonrió—, pero al menos mejoraste un poco desde la última vez.

—¿De verdad? —. Reí sacando el sartén del fuego.

De inmediato me di cuenta de que el aceite comenzó a brincar y tuve que soltarlo en la mesa cuando no pude más.

—Retiro lo dicho.

Jane tomó el sartén como si no le diera miedo y comenzó a sacar la carne con cuidado de no romper la elegancia de su plato.

—Aprendí esta receta con una amiga que hice en París —sonrió mientras servía la comida—, espero que te guste. Es mucho más de lo que yo solía preparar antes.

—Todo lo que haces queda genial —. Limpié mis brazos con un trapo—. Aunque me sorprende que Lucy te haya soltado para venir hasta aquí.

—Ha estado ensayando hasta tarde ya que está por ofrecer su última función y quiere lucirse, pero se preocupa por ti —me miró un segundo—, así que como tú no vas a verla y ella no puede venir, me mandó a ver cómo estaba mi hijo mayor.

—De seguro te da gusto ver que no he roto la regla de no cocinar —sonreí. Ella me había tratado de enseñar por mucho tiempo—. Pero tranquila, he engordado un poco.

Jane tocó mi abdomen y asintió.

—Parece que alguien te está dando de comer muy bien.

—Es una buena persona y cocina increíble —asentí—, aunque es mejor haciendo que todo en el trabajo funcione. Hemos cerrado grandes secciones del acuario gracias a él, me ha ayudado mucho.

—¿Él? —. Inquirió.

Jane dejó el sartén de nuevo en la estufa y después se sentó conmigo. Ambos estábamos sentados en los bancos de la barra mientras esperábamos que el agua del té se calentara.

—Lo conocí hace tiempo, en realidad es amigo de Ike, él lo trajo a la empresa para que sirviera como mi asistente —sonreí recordando el pasado. Definitivamente Ethan y yo habíamos pasado mucho tiempo juntos desde entonces—. Es esa clase de persona que ayuda a los demás sin esperar nada a cambio, incluso se ha ganado al equipo por su propia cuenta.

Reí pensando en el amable Ethan.

—Pensé que no duraría mucho ya que tiene un carácter demasiado gentil para ser líder, pero me sorprendí cuando Ethan comenzó a ser cada vez más fuerte. Sabe cómo marcar su territorio con los demás.

—¿Ethan? —Jane pensó el nombre—, es un nombre muy curioso.

—Creí que era normal —. Negué confuso.

—No, por supuesto que lo es —sonrió—, es sólo que recordé algo de pronto. No es nada.

Jane sirvió la guarnición en nuestros platos mientras yo ponía los cubiertos.

—Me alegra que hayas hallado a una persona que te hace feliz, Mael —me miró contenta—, siempre creí que estarías acompañado por Jade y Ike hasta el final. Es reconfortante saber que hay alguien que espera por ti.

—Lo es, ¿No es cierto? —. Reí emocionado—. Ethan no quería que viniera y no es porque haya sido egoísta, al contrario, creo que le daba miedo que cometiera una locura si venía a este lugar por mi cuenta.

Jane parecía sorprendida.

—¿Así que ya le dijiste todo?

—Por supuesto —asentí—, hablar con Ethan es tan sencillo que no me ha costado trabajo ser franco y hablar de mi pasado.

De Los Días Que Te Amé © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora