Capítulo Dieciséis: Hilo Rojo

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Reese

—Así que así se conocieron —. Sonreí rascando mi nuca.

Mizuki era una niña muy enérgica, me pregunto si Ethan de verdad le aguantó el paso.

—¿Y ustedes? —preguntó Ethan—, ¿Cómo se conocieron?

—Es una historia graciosa —. Miré a William—. En realidad estaba caminando con Yang Yang cuando de repente escuché un ruido extraño en el bosque y, cuando busqué su fuente, vi a William trepado en un árbol buscando señal para su teléfono.

—No tenía ni una barra —. Asintió.

—Entonces, cuando ayudé a Will a bajar del árbol me dijo que se había perdido y estaba buscando ayuda, así que decidimos quedarnos juntos hasta llegar al festival —. Me encogí de hombros—. No esperaba tardar mucho en hallarte considerando que Yang Yang estaba conmigo.

Ethan sonrió.

—También tardé en hallarte.

Quizá era mi imaginación, sin embargo, algo se veía diferente en Ethan. Parecía que estaba contento y quizá era más de lo normal.

—¿Qué tal si vamos por nuestro lazo? —Will sugirió—, cuando tengamos el lazo podremos subir a todos los juegos, ¿No quieres eso, Zuzu?

—¡Sí! —. Sonrió emocionada y saltó en su lugar.

—Vamos entonces —. Sonrió también.

—Nosotros creo que daremos una vuelta por el lugar y regresaremos a la habitación —. Comenté rápidamente ya que no quería incomodar a Ethan—. Es que nosotros no sabíamos del juego.

Ya había averiguado la razón por la que se usaban esos lazos y no quería que Ethan se sintiera más incómodo después de lo ayer.
Ya tenía suficiente de mí.

—¿No van a venir con nosotros Baker-san? —. Mizuki preguntó decepcionada.

—Es que... —miré a las personas que caminaban atadas con esas cosas—, no creo que nosotros debamos.

—Debemos —. Ethan dijo de pronto.

Yo lo miré y él sonrió.

—Es parte del juego, además —miró la noria—, quiero subirme a ese. Me gusta.

Yo sonreí de inmediato y asentí.

—Entonces creo que ya está decidido.

—¡Sí! —. Mizuki sonrió jalando de la mano de William para caminar.

Esa chica realmente parecía una niña pequeña que andaba por el lugar con su capricho andante.
William me había contado que ahora mismo estaban huyendo de la familia de Mizuki, quien no los quiso dejar casarse y por ello decidieron fugarse. Prácticamente ahora estaban solos y eso era algo que tenía angustiado a William, pues no sabía qué es lo que podrían hacer ahora que ambos habían saltado al vacío.

William era un maestro de idiomas y Mizuki a penas había terminado su educación universitaria como diseñadora gráfica, aunque nunca había trabajado.
Lo que en realidad le preocupaba a Will era que Mizuki no tuviera la vida a la que ya estuvo acostumbrada antes, prácticamente era una princesa y ahora era nada.

Me pregunto si ese amor es tan fuerte.

—Es nuestro turno —. Ethan me habló.

Ambos dejamos que una chica nos entregara un lazo rojo que después tomó la correa de Yang Yang.

—Tienen que atarlo el uno al otro —comentó al señalar el lazo en nuestras manos—, para que el ritual funcione, deben dejarlo atado durante todo el día y, cuando lleguen de nuevo a su habitación, sólo pueden quitárselo el uno al otro. No deben permitir que alguien más lo desate o su relación se quebrará.

De Los Días Que Te Amé © [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora