De Los Días Que Te Amé © [PAUSADA]

Capítulo Ocho: Negación

Reese

Apreté el lápiz en mi mano mientras trataba de concentrarme en los papeles que tenía frente a mí.

Adamary me había pasado los últimos listados a revisar acerca de las finanzas y debía de ponerles atención especial dado que ella se había esforzado para tenerlos pronto. Justo a tiempo para iniciar con el pedido de los materiales extras que iba a necesitar pedir dado que aprobé unos planos de Ethan para las áreas infantiles.

Ethan.

Lo miré, estaba tranquilamente en su lugar mientras que arreglaba algunos documentos que Joe le había dado.
¿Cómo es que está así de tranquilo? Después de prácticamente haberse negado a quedarse en este trabajo, ¿De verdad valía la pena retenerlo más tiempo? Era obvio que se quería ir.

—Señor.

Miré a Adamary frente a mí.

—Perdón —. Negué con la cabeza—. ¿Decías?

—Me llevaré estos por ahora —. Dijo mientras quitaba unos papeles que estaban debajo del bulto que ella me había traído.

—Ah, sí —. Asentí tomando el portafolios enorme que me trajo—. Yo te daré esto más tarde, quiero discutirlos con el señor Dawson.

—Pero el señor Jade no sabe de finanzas —. Contestó preocupada.

Maldición, ¿No sabe qué es una excusa?

—Ah, pero quiero que vea esto, hizo un diplomado en... Economía Jurídica —. Ignoraba si eso existía pero asentí pensando mejor en mi excusa—. Así que le echará un vistazo rápido, no te preocupes, sólo quiero que él vea tu trabajo.

Ella me miró confusa.

—Quiero presumirle a mi eslabón más brillante —. Sonreí amable.

Dioses, ¿Cómo podía mentir tan bien? Aunque no es una mentira del todo, cada uno de los chicos en el equipo tenía su puesto porque habían demostrado ser los mejores. Las estrellas de la constructora.

—Por supuesto señor —. Adamary asintió contenta y se puso de pie—. Pasaré estos documentos en limpio para que los firme.

—Gracias por tu esfuerzo —. Asentí.

Adamary se marchó de mi oficina y yo me puse de pie para hacer lo mismo. Un minuto más aquí me iba a asfixiar.

—¿Señor?

Apreté la manija de la puerta cuando Ethan me llamó.

—¿Qué pasa? —. Le sonreí.

—Olvida la mitad de los papeles que Adamary le dio —. Señaló mi escritorio con su lápiz y noté como algunos papeles se habían quedado en mi mesa.

—Claro, que bueno que me lo recuerda —. Quise golpearme mentalmente por lo estúpido que estaba actuando—. ¿Qué haría sin usted, señor Casey?

Ethan me miró confuso pero no le di oportunidad de preguntar cuando salí apresurado de mi oficina.
No tenía tiempo de esperar el elevador, por lo que tomé las escaleras y subí unos pisos para llegar hasta el de Jade. Tenía que hablarle seriamente ahora que sabía que su interés por Ethan había despertado.

Su protocolo Jaeger se había encendido.

—Buenos días, señor Baker —. Escuché a su secretaria saludar con cortesía y asentí.

—Hola, Flor, ¿El señor está en su oficina?

—Está revisando las notas jurídicas del mes —asintió. Jade se encargaba de la parte legal de la empresa—. ¿Quiere que les lleve algo o los dejo solos?