Capítulo 7: Criaturas del Espacio

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Mientras inspeccionaba la nave en busca de algo para distraerse, Lyra encontró una misteriosa habitación en la zona Este de la nave que no habían visto antes, cosa que llamó la atención de Arwen quien, al investigar más a fondo en el lugar, pudo descubrir la identidad del propietario original de la nave: Eizan Voltaire. Al pasar de los días, su viaje se hacia cada vez más pesado.

-Ahhh...Ya han pasado 2 semanas desde que salimos de ese planeta y todavía no hemos podido contactar con ningún tipo de civilización que pueda ayudarnos... –suspiró Arwen-

-No te desanimes. ¡Mientras sigamos adelante todo irá bien! Aún tenemos suministros suficientes para continuar buscando sin preocuparnos.

-Decirlo es muy fácil...Ya quiero volver a casa. -murmuró-

-Oye Arwen, ven a ver esto.

-¿Eh?

Acercándose hacia ella, Arwen echó un vistazo al exterior desde el ventanal del piloto, observando que se estaban acercando a un numeroso grupo de rocas espaciales que flotaban por doquier.

-Parece que estamos cruzando un cinturón de asteroides...-dijo Arwen-

-¿Q-Qué debería hacer? Si impactamos con una de esas cosas no será nada bonito.

-Deja el piloto automático activado. Que la nave se vaya moviendo a una velocidad estable por si sola mientras cruzamos este lugar. La IA de la nave se encargará de esquivar poco a poco los obstáculos.

-¡Entendido! Piloto automático...¡¡Iniciado!! –exclamó Lyra mientras apretaba uno de los botones-

-Piloto Automático, en línea. –dijo la IA-

En ese momento, la velocidad de la nave comenzó a disminuir poco a poco, dejando a cargo a la IA el control de esta.

-Bueno, parece que ya está. ¡Iré a tomarme un baño! ¡Vamos, Bibbles! -exclamó Lyra mientras salía corriendo junto al ave-

-¡Lyra, esper-...! ''Ahh...Da igual. Supongo que puedo relajarme un poco yo también. Veré que puedo hacer para distraerme.''

A los pocos minutos, Lyra terminó de bañarse por lo que comenzó a caminar de vuelta a la sala de mandos mientras acababa de secarse el cabello con lo que parecía ser una toalla.

-Jum...El agua que utiliza la nave no se siente para nada igual a la de aquel lago. Me encantaría poder bañarme ahí otra vez...¿Tú que piensas, Bibbles? –preguntó Lyra, haciendo que Bibbles comenzara a silbar- ¡Sí, tú siempre sabes qué decir!

De repente, por estar distraída con Bibbles, Lyra se chocó con un pequeño compartimento de metal que se encontraba por el camino, obligándola a detenerse brevemente.

-¡Auch...! ¿Huh? ¿qué es esto? –murmuró-

Llena de curiosidad, decidió abrir el pequeño cofre metálico para ver su interior y, al descubrir qué contenía, no pudo evitar soltar una enorme sonrisa de entusiasmo. Mientras tanto, en la sala terminal de la nave, Arwen encontraba haciendo una torre con una baraja de cartas que había encontrado.

-V-Vamos...Ya...Casi...Está-...

-¡¡Arwen!! –exclamó Lyra, sorprendiendo a Arwen-

-¡¡A-Ah...!! –gritó él-

A causa de la pequeña impresión causada por su grito, Arwen perdió la concentración y, con ello, su torre de cartas se derrumbó rápidamente, provocando que hiciera una mueca de frustración.

-¡¡Me lleva la...!! ¿¡Qué pasa!? –rechistó Arwen con irritación-

Al darse la vuelta, este vio que Lyra llevaba una especie de aparato electrónico en su mano, el cual puso rápidamente sobre la mesa mientras daba brinquitos de emoción.

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