Capítulo 10: Planeta Azul

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Después de conocer a Roy, este les invitó a quedarse en su castillo un par de noches mientras conseguían reparar su nave con ayuda de Eriza y Morgana, quienes para su gran sorpresa, resultaron ser ingenieras de élite. Así fue como, gracias su ayuda, lograron hacer que la nave volviera a funcionar otra vez. Al día siguiente, Lyra y Arwen ya estaban frente a la salida del castillo preparados para continuar con su viaje, despidiéndose de Roy y sus compañeras quienes les fueron a dar el adiós.

-Su estadía aquí fue muy corta, pero agradable. ¡Fue un enorme placer conocer a dos valientes niños como ustedes! Espero en un futuro volver a reencontrarnos. –dijo Roy-

-Para nada, el placer es nuestro. No sé que habríamos podido hacer sin ustedes...Estamos muy agradecidos. –dijo Arwen-

-¡Ja, ja, ja, ja! No hay nada que agradecer, chico. No todos los días alguien se encuentra con dos niños viajando por el espacio. –contestó Roy-

-Je...No sé si tomarme eso como un cumplido. –contestó Arwen con cierto sarcasmo-

Mientras Roy y Arwen conversaban, Lyra se encontraba cabizbaja en silencio, agarrando su uniforme con fuerza, cosa que llamó la atención de Eriza.

-Señorita Lyra, ¿ocurre algo malo? –preguntó Eriza-

Al ya no poder contenerse más, sin decir nada, Lyra corrió hacia Roy rápidamente para abrazarlo con fuerza, dejándolo algo sorprendido.

-V-Vaya... -dijo Roy con tierna sorpresa-

-¿Señorita Lyra? –preguntó Eriza nuevamente-

-¡Muchas gracias por todo, de verdad! ¡Los voy a extrañar mucho! -exclamó Lyra mientras ocultaba su rostro en el abdomen de Roy.

-Lyra... -murmuró Arwen mientras la observaba con melancolía-

-¡Ja, ja, ja! De verdad eres adorable, niña. Dime una cosa, ¿estabas escribiendo un diario, verdad? -preguntó Roy, agachándose a la altura de Lyra-

-S-Sí...Snif. -contestó ella mientras se limpiaba las lágrimas-

-Bien...Entonces quiero que tengas esto. –dijo Roy-

En ese momento, Roy comenzó a buscar algo en su bolsa para, segundos después, sacar lo que parecía ser una cámara fotográfica bastante moderna con el aspecto de una tableta digital, entregándosela a Lyra a quien le brillaron los ojos al verla.

-Es una cámara instantánea de última generación. Con esto podrás fotografiar las cosas que te encuentres y en un santiamén tener la imagen impresa lista para que la puedas colocar en tu diario junto con lo que escribas. –dijo Roy-

-Una cámara...¿P-Puedo...? –preguntó Lyra ansiosa-

-Claro, adelante. –contestó Roy con una enorme sonrisa-

Llena de emoción, Lyra encendió la cámara rápidamente y, sin esperar un segundo más, se dispuso a fotografiar a Roy y sus sirvientas.

-Muy bien, no te muevas... -dijo Lyra, apuntando hacia su emplumado amigo-

Acto seguido, Lyra le tomó una fotografía a sus nuevos amigos, inmortalizando sus sonrisas en aquel pequeño retrato.

-¡Ohh...! ¡¡De verdad funciona!! ¡¡Ahora podré enseñarle todo esto a mamá!! –exclamó Lyra con entusiasmo, abrazando la fotografía con cariño-

Mientras Lyra brincaba de alegría junto con Bibbles, quién volaba felizmente a su alrededor, Eriza, Roy y Morgana la observaban con ternura, esbozando una cálida sonrisa en sus rostros.

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