Capítulo 36: Tundra

54 19 29
                                    

Después de la muerte de Bibbles, Lyra y Arwen trataron de volver a su rutina normal tratando de enfocarse en volver a casa cuando, bloqueando su trayecto, una enorme nube de tormenta cósmica bloqueó su camino, por lo que, sin otra alternativa, decidieron atravesarla para continuar con su camino. Mientras se adentraban en la densa nube eléctrica, tomándolos completamente por sorpresa, algo de un tamaño colosal atacó la nave y, en medio de la confusión, logró llevarse a Arwen. Unas cuantas horas después, Lyra comenzó a despertarse en un lugar totalmente desconocido, tirada encima de lo que parecía ser nieve, en medio de una violenta ventisca.

-''¿Dónde...? ¿Dónde estoy...?'' –pensó confundida mientras se levantaba.

Al mirar a sus alrededores, esta se percató de que, mirara a donde mirara, lo único que su vista alcanzaba a observar era nieve y hielo por todos lados, casi haciéndola parecer eterna. A causa de la violenta ventisca que azotaba el lugar, la visión más allá de un par de metros era casi nula, quedándose totalmente desorientada.

-''¿Qué es este lugar...? ¿Qué hago aquí...?''

Mientras observaba sus alrededores, Lyra se dio la vuelta percatándose por fin de que, detrás de ella, se encontraba su nave, la cual se había estrellado contra la nieve, estando varios pedazos de esta tirados por el lugar. Al ver esto, finalmente comenzó a recordar lo que había sucedido, poniéndose muy nerviosa.

-¡No puede ser...! ¡¡¡Arwen!!! -exclamó con fuerza.

Sin dudar ni un instante, esta salió corriendo hacia la nave, intentando buscar a Arwen desesperadamente entre los escombros.

-¡¡¡Arwen!!! ¡¡Por favor!! ¡¡Contesta!! ¡¡Arwen!! -lo llamó con desesperación mientras buscaba.

Poco a poco, los ojos de Lyra comenzaron a llenarse de lágrimas, disminuyendo su energética búsqueda lentamente hasta que, finalmente, se rindió.

-Arwen...No...Snif...¿Por qué...? –murmuró.

Totalmente frustrada y llena de tristeza, se sentó sobre la nieve, recostándose en la nave mientras abrazaba sus rodillas totalmente desesperanzada, sin poder dejar de sollozar.

-Se acabó...Lo he perdido todo...Bibbles...Arwen...Papá...Mamá...Todo lo que me importaba...¡Ya no está...! -murmuró para sí misma entre sollozos.

-Tú no eres de por aquí, ¿verdad? –preguntó una voz repentina.

Al escuchar aquella misteriosa voz, Lyra alzó la mirada extrañada y, al prestar atención a un par de metros frente a ella, se percató de que allí se encontraba una persona, vestida con una gruesa capa, unas grandes botas de nieve, unos guantes de piel y un extraño binocular con cuatro lentes, el cual emitía un suave brillo.

-¿Qué pasa? ¿Eres muda? –insistió el muchacho.

-Y-Yo... -soltó algo nerviosa.

-Oh...Claro. ¿Esto te está asustando? Espera...

En ese momento, el misterioso sujeto comenzó a quitarse la máscara para finalmente mostrar su rostro, el cual, reveló la identidad de un chico aparentemente joven, con una mirada seria e inexpresiva, con una piel grisácea y fina, acompañada de unos ojos oscuros de los cuales sobresalía su blanco iris: En su piel, tenía lo que parecían ser curiosos patrones rosados que se dibujaban elegantemente en ella y, de sus azules cabellos rizados, sobresalían lo que parecían ser unas largas antenas de color rojizo parecidas a las de una polilla, moviéndose armoniosamente cerca de sus puntiagudas orejas, dejando a Lyra bastante sorprendida.

-¿Quién...Eres tú...? –preguntó con sorpresa.

-Mi nombre es Kahawi. ¿Tú? –contestó rápidamente, devolviendo la pregunta.

Lost SpaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora