Capítulo 8: Errante

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Después de haber sido perseguidos por un hambriento grupo de merodeadores, Lyra y Arwen decidieron ocultarse en un asteroide como último recurso para deshacerse de sus perseguidores, causando como consecuencia grandes daños a la nave. Sin embargo, al bajarse a comprobar su estado, fueron acorralados por dos enormes torretas que aparecieron de la nada, apuntándolos fijamente.

-¿Q-Qué es esto...? –preguntó Lyra-

-N-No lo sé. Esto es muy extraño. -le contestó confundido-

-¿Qué hacemos...?

-Por ahora no te muevas. No hasta que sepamos qué está ocurriendo. ''Pero, no lo entiendo...¿Qué demonios hacen unas torretas implantadas en un asteroide...?'' –pensó Arwen-

-¿¡Quién osa entrar a mis dominios...!? -exclamó una repentina voz, resonando por todo el lugar-

-¿D-Dominios...? –dijo Arwen confundido-

-¿¡Qué son ustedes...!? ¿Piratas espaciales? ¿miembros de la FAE? O quizás...¿¡Monstruos alienígenas!? –exclamó la voz mientras las torretas los apuntaban desde más cerca-

-S-Se equivoca, n-nosotros sólo estamos...Perdidos. -tartamudeó Lyra con nervios-

-¡Sí, p-perdidos! ¡E-Estábamos tratando de huir de unos merodeadores, sólo tratamos de volver a casa! -exclamó Arwen-

-¿Perdidos...? ¿quién sería tan idiota de perderse llegando hasta aquí...? –preguntó la voz-

-Bueno...Aquí tengo a la candidata perfecta para contestar esa pregunta. –contestó Arwen, lanzándole una mirada furtiva a Lyra-

-¡O-Oye...! –susurró ella avergonzada-

-Hmm...Su coartada es bastante extraña y sospechosa...¡¡Y eso es suficiente para declararlos culpables...!! –exclamó la voz-

En ese momento, las torretas comenzaron a cargarse apuntando hacia ellos de manera amenazante, provocando que ambos se cubrieran temerosos esperando su final. Pero, de repente, alguien interrumpió a la persona tras las armas.

-¿Qué ocurre? Estoy en medio de algo ahora. ¿Qué? ¿¡lo dices en serio!? Tienes que estar bromeando...¡Ja, ja, ja! ¡Imposible! Muy bien, lo haré entonces. –dijo la voz-

Al terminar con su extraña conversación, las torretas se desarmaron y volvieron a introducirse en la tierra rápidamente, dejando a Lyra y Arwen bastante confundidos. De repente, el suelo del lugar comenzó a temblar levemente para, acto seguido, mostrar un pequeño camino rocoso guiado por luces hasta lo profundo del enorme asteroide.

-¿Qué diablos...? –soltó Arwen extrañado-

-C-Creo que quiere que sigamos el camino...

-¿Qué lo sigamos?

-Y-Yo iré. –dijo Lyra comenzando a caminar-

-¡¡Espera!! –exclamó Arwen sujetando el brazo de Lyra rápidamente para detenerla- E-Esto es muy extraño, podría ser peligroso.

-Pero necesitamos ayuda...

-¿¡Le vas a pedir ayuda a la persona que hasta hace unos segundos nos estuvo apunto de llenar de agujeros!?

-Pero no tenemos otra alternativa, Arwen...No podremos mover la nave en ese estado. ¿Lo sabes, verdad?

Al escuchar esa respuesta, Arwen se quedó observando a Lyra bastante nervioso por un par de segundos hasta que, finalmente, decidió soltarla.

-Está bien...Vamos. –contestó Arwen a regañadientes-

Llenos de dudas y algo de miedo, ambos decidieron seguir el camino de luces que habían dejado para ellos, el cual, unos pocos minutos después, los llevó hasta un gigantesco castillo que se alzaba en lo más profundo del asteroide, dentro de una colosal cúpula de cristal rodeada por centinelas que sobrevolaban el lugar bañándolo con su luz.

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