Capítulo 51: Purga

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Mientras se encontraban descansando, Eizan y Jack fueron llamados por la Federación Galáctica, con quienes tuvieron una peculiar reunión. Al día siguiente, ambos se encontraban movilizando a los civiles hasta el transbordador espacial que, finalmente, los sacaría de allí.

-¡No se separen del grupo! ¡Sigan todos la fila sin prisa, hay espacio para todos! –exclamó uno de los soldados.

-Mamá. Mira, mira...Hay uno de esos monstruos ahí. -dijo un pequeño niño mientras señalaba al cadáver de una de las criaturas.

-Sí, cielo...No te entretengas.

Mientras las cientas de personas iban de camino al transbordador siendo supervisadas por los soldados, Eizan se encontraba justo en frente de la nave, enlistando y registrando a los supervivientes.

-''Hmm...Parece que son bastantes. Por lo menos su raza no se extinguirá.'' –pensó con aire esperanzador.

-¡Capitán Eizan...! –le llamó Ermak desde lejos.

Al escuchar su nombre, Eizan giró la mirada rápidamente, encontrándose con Ermak quién iba acompañado de Jack y Lucius.

-Señor Lucius. –soltó Eizan con sorpresa.

-¿Sorprendido...? Originalmente pensaba en quedarme en la nave, pero...Me sentí en la obligación de venir a ayudar con el papeleo.

-Un momento...¿Entonces el Atenea está-...?

-Está a unos 500 metros de aquí. Nuestra nave también está dentro, así que no tendremos que preocuparnos por ir a buscarla al terminar. -agregó Jack rápidamente, interrumpiendo a Eizan.

-Ya veo...

-Es todo un honor conocer por fin al representante galáctico Humano...Aunque se ve algo cansado, ¿mucho trabajo? -preguntó Ermak.

-Uh, si supieras...Pero el honor es todo mío, primer ministro. -contestó Lucius mientras le estrechaba la mano.

-Hemos venido aquí a echarle un vistazo a la operación. ¿Va todo bien? -preguntó Ermak.

-Afirmativo, señor Ermak. Ya estamos ingresando a los últimos civiles que quedan. En unos 15 minutos ya deberían estar todos listos para partir. –informó Eizan.

-Oh, esas son excelentes noticias. Me siento mal por mi gente ya que van verse obligados a abandonar sus hogares, pero...Quizás algún día podamos volver. –dijo Ermak con esperanza mientras observaba a la multitud.

-Trabajaremos duro para ello. –agregó Jack.

-Sí, yo sé que sí...Han hecho mucho por nosotros, gracias.

-Para nada, señor Ermak...Es sólo una cortesía. -dijo Lucius.

-Bien, entonces sigamos trabajando para que la gente pueda descansar cuanto ante-...

De repente, tomando por sorpresa a todo el mundo, el cielo comenzó a oscurecerse completamente por una colosal sombra que tapó el sol en cuestión de segundos, dejando a todos de piedra mientras miraban hacia el cielo, encontrándose con la total oscuridad.

-¿Qué ocurre...? –murmuró uno de los civiles.

Mientras todos continuaban atentos al cielo, algo rompió completamente el silencio ya que, como si de una colosal explosión se tratara, algo golpeó la tierra provocando un violento temblor que dejó nerviosos a todos.

-Los impuros...Serán sentenciados...Limpiaré la suciedad que ha manchado el universo. No dejaré ni rastro de su contaminación...¡Sean purgados...! –exclamó una grave e intimidante voz que resonó por todo el cielo con fuerza.

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