Capítulo 56: El Reino Perdido

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Después de despertar en aquel misterioso lugar, el grupo tuvo que salir en busca de su nave, la cual parecía estar desaparecida. Encontrándose en un lugar extraño y desconocido, la relación entre Lyra y Arwen comenzó a volverse turbia otra vez, por lo que, al percatarse de ello, Kahawi decidió poner una pauta en el asunto. Finalmente, después de caminar por el solitario desierto por horas, por fin lograron llegar hasta unas misteriosas ruinas perdidas en medio de la nada, en donde, después de encontrar su nave en ese lugar, algo intervino en su camino.

-Humanos...Ustedes no tienen permitido estar en este lugar...Mucho menos salir de él. –recriminó la profunda voz.

-¿D-De dónde viene esa voz? –preguntó Arwen nervioso.

-Creo que proviene de aquella luz. -le contestó Kahawi en total estado de alerta.

-¿L-La luz? –dijo extrañado.

En ese momento, al observar la luz con atención, los recuerdos de Lyra comenzaron a bombardear su mente con rapidez, recordando el momento en el que fueron tragados por aquel misterioso resplandor, reconociendo aquel peculiar brillo amarillento.

-¡¡N-No miren la luz!! –alertó Lyra con agitación.

-¿Qué...? –soltó Arwen extrañado.

-¡E-Es la misma luz que vi antes de que acabáramos aquí! ¡¡Si la miramos mucho tiempo, acabaremos dormidos de nuevo!! -insistió.

-¡¿Q-Qué...?! –exclamó nervioso.

-Descuida...Nada de eso volverá a suceder. -informó la voz.

-¿Huh...? –soltó Lyra confundida al verse interrumpida.

Extrañados por aquella inesperada respuesta, el grupo volteó a ver a la luz con curiosidad, la cual comenzó a descender poco a poco hacia ellos. Una vez llegado a su altura, el hermoso brillo comenzó a tomar forma lentamente, dejando de ser sólo un resplandor flotando en medio de las ruinas para, finalmente, convertirse en lo que parecía ser un alto y delgado ser incorpóreo que parecía estar compuesto por materia oscura extraída directamente del espacio, contando con sus propias estrellas y nebulosas en su cuerpo.

-¿Qué es eso...? –dijo Lyra con asombro.

-Ese aspecto... -murmuró Kahawi con intriga, recordando el pergamino de su madre-  No puede ser...Es uno de los Paladines...

-¿P-Paladín? -dijo Arwen con sorpresa.

-Aunque ustedes no deberían estar aquí...Los felicito por haber logrado liberarse de su trance. No muchos tienen la fortaleza mental para lograrlo. –les felicitó el Paladín con voz calmada.

-¿Trance...? –inquirió Kahawi con desconfianza.

-Sí. El universo flota en un inmenso hiper-espacio infinito que coexiste con diferentes realidades...Diferentes dimensiones...Y todas ellas están celosamente resguardadas de todos aquellos que no pertenecen a ella, separándolos por un filtro arcano que únicamente los seres como yo pueden observar...Pero a veces, pequeñas fugas aparecen en él...Dejando pasar cosas curiosas a mi hogar.

-¿Tu hogar...? ¿Tú vives aquí? –le preguntó Arwen confundido.

-Humanos...He escuchado sobre ustedes. Ghazt'Mush nos alertó sobre su especie...Unas criaturas que es mejor mantener alejadas. No sé qué fue lo que los trajo hasta aquí...Pero si siento que son una amenaza...Tendré que deshacerme de ustedes. –los amenazó sin escrúpulos, mostrando un fuerte pero momentáneo brillo en su cuerpo para intimidarlos.

-¿Amenaza? ¡No es como que nosotros hayamos querido venir aquí! -replicó Arwen.

-L-Lo siento, señor Paladín... -dijo Lyra, comenzando a acercarse hacia él con timidez.

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