Capítulo 22: El Rostro del Arte

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Después de haber descubierto el paradero de Lyra, Zoraila entró en pánico por la noticia, contándole su pasado a Arwen para que intentara entender la gravedad del asunto. Al terminar con esa estresante reunión, todos decidieron pensar en una manera de ayudarla con el objetivo de, finalmente, lograr sacarla de allí. En esos momentos, Alessia se encontraba en el laboratorio trabajando arduamente cuando, de repente, Arwen entró a la habitación.

-Perdón por la interrupción... -dijo mientras cerraba la puerta tras de sí.

-Descuida, está bien. –contestó Alessia sin apartar la vista de su trabajo.

-¿Qué...Qué estás haciendo?

-Intento encontrar alguna de manera enviar un mensaje de radio que pueda ser recibido por la cámara de Lyra... -contestó totalmente inmersa en lo suyo.

-¿Mensaje de radio? ¿La cámara puede hacer eso? -preguntó con interés.

-Técnicamente no, pero ese modelo es muy avanzado...Así que estoy segura de que podría lograr que funcionara como una radio provisional. Antes de movilizarnos necesitamos saber que ella aún se encuentra con vida y, si es así, conocer su estado...Por eso debo darme prisa.

-Espero que...No sea demasiado tarde.

-Arwen...Sé por el estrés psicológico que debes de estar pasando ahora mismo. No sólo por Lyra, si no por...¿Todo lo que les ha ocurrido? Como sea, lo que trato de decir es que comprendo como te sientes y, estoy segura de que Zoraila, más que nadie, también. Sólo debes...Ser un poco más paciente y no perder la esperanza.

-¿No perder la esperanza, dices...? Supongo que tienes razón. Debo de...Ser más paciente. –contestó con decisión.

-Así me gusta. Ahora déjame trabajar. Mientras antes termine más rápido sabremos que hacer.

-''Lyra...Ojalá te encuentres bien.'' –pensó esperanzado.

Mientras tanto, en el interior del Elisseo de Escarcha, Akhada se encontraba tocando su órgano como de costumbre de manera apasionada. Ya era hora de cenar, por lo que un par de horas antes, Lyra fue enviada a preparar la comida y, en esos momentos, se encontraba entrando a la habitación del órgano con la bandeja en la mano, siendo incapaz de ocultar sus nervios mientras esperaba a que terminara de tocar.

-Ahh...Que delicia auditiva... -murmuró Akhada al terminar.

-S-Señor Akhada...L-Le traigo la cena. –dijo con voz temblorosa, bastante nerviosa.

-Oh, claro...La cena. Entregamela entonces.

-E-Enseguida... -contestó temblorosa, comenzando a caminar hacia él.

A causa del miedo que sentía, Lyra no podía dejar de temblar mientras se acercaba a Akhada, quien esperaba de pie su comida a unos pasos de ella. Cuando Lyra finalmente iba a entregársela, a causa de los nervios, tropezó con la alfombra y, sin poder hacer nada el respecto, chocó estrepitosamente contra Akhada, provocando que, a causa del pequeño embiste, ambos cayeran al suelo, haciendo que su máscara también cayera.

-Y-Y-Yo, l-lo siento much-...

Antes de que pudiera continuar, Akhada le soltó un violento golpe en el rostro, provocando que esta saliera volando un par de metros hacia atrás, quedándose algo aturdida mientras trataba de reincorporarse. A causa del azote, la boca y la nariz de Lyra comenzaron a sangrar, sujetándose la mejilla con terror.

-D-Duele... -murmuro Lyra entre lágrimas.

-Mi rostro... -susuró.

En ese momento, aún algo mareada por el golpe, Lyra alzó la vista hacia Akhada cuando, al ver lo que tenía en frente, su corazón dio un violento brinco, sintiendo un terror inmediato y profundo ya que, finalmente, el rostro de Akhada había quedado al descubierto ante ella: La carne de su cara se encontraba desgarrada y podrida a causa de una avanzada necrosis, su estado era tan grave que aquello ya no parecía un rostro, sino un abominable esqueleto con restos de tejido negro y muerto, del cual ya no podía apartar la mirada a causa del shock.

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