Capítulo 42: El Bosque de Cristales

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Antes de salir de aquel frío planeta, Lyra logró convencer a Kahawi para que los acompañara en su viaje quien, después de meditarlo, finalmente accedió, incorporándose en la tripulación. Después de unas cuantas horas de viaje, Kahawi comenzó a hablarles sobre el legado que le dejó su madre antes de morir, el cual se trataba de un mapa que los guiaba hasta un planeta cercano, tomando juntos la decisión de explorarlo. Al pasar de los días, siguiendo las indicaciones del pergamino, por fin empezaron a acercarse a aquel misterioso lugar.

-En unas horas llegaremos al planeta. ¡Estoy emocionada! -exclamó Lyra.

-¿Cómo está tu brazo? –le preguntó Arwen.

-¿Oh? ¡Está mucho mejor! ¿Lo ves? –contestó ella, tratando de mostrar su bíceps.

-No hagas movimientos bruscos. Que te haya quitado el vendaje no significa que ya esté sanado al 100%. -le regañó Kahawi.

-S-Sí, lo siento. –dijo algo avergonzada.

-''Increíble...Tan sólo han pasado unos días y el brazo de Lyra ya está casi completamente recuperado...Ese planeta si que esconde secretos impresionantes.'' –pensó Arwen con estupefacción.

-¿Oh...? ¿Sigues viendo el mapa? –preguntó Lyra.

-Sí...Supongo que estoy algo nervioso por ver qué nos encontraremos. -contestó Kahawi.

-Parece que tenías muchas ganas de ir.

-Supongo. Mi gente atesoró este pergamino durante muchísimos años...¿Qué será aquello que les causó tanto interés...?

-Pues...Sea lo que sea, lo descubriremos. –le dijo con una sonrisa.

-Yo sólo espero que no sean más monstruos... -comentó Arwen entre suspiros.

Un par de horas después, finalmente comenzó a visualizarse un planeta en la lejanía, el cual tenía un hermoso color rosado, mientras que, a su alrededor, unos gigantescos aros acomodados a modo de X rodeaban la esfera.

-Miren, allá... -dijo Lyra con sorpresa.

En ese momento, Kahawi y Arwen comenzaron a caminar lentamente hacia el ventanal del piloto, contemplando con asombro aquel curioso lugar.

-Vaya...Ese planeta se ve...Diferente. –comentó Arwen.

-Nunca había visto algo así...¿E-Es normal? –preguntó Lyra.

Sorprendido por lo que estaban observando, Kahawi volvió a echarle una ojeada a su mapa con bastante curiosidad.

-''Madre...¿Qué es lo que querías que encontrara en ese lugar?''

Sin detener el rumbo, Lyra continuó adelante hasta que, por fin, comenzaron a introducirse en el interior del planeta, el cual estaba cubierto por una densa neblina fucsia que le daba aquel peculiar color.

-Estamos entrando. –informó ella.

-Como haya otro insecto gigante volando por aquí ahora si me da un infarto... -dijo Arwen con ciertos nervios.

Un par de minutos después, al terminar de atravesar la densa neblina, el interior del planeta por fin se reveló ante ellos, dejándolos totalmente boquiabiertos: Aquel hermoso lugar parecía un gigantesco bosque, en donde coloridas y gigantescas flores brillaban con luz propia. El aire del lugar estaba repleto de pequeños destellos de luz que parecían luciérnagas pintando el cielo y, en las cercanías del lugar, gigantescos cristales púrpuras adornaban los alrededores, descansando bajo los bellos árboles en dónde crecían unos elegantes pétalos azulados.

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