Black Angels

26.

-No -me negué a aceptarlo. Había caído muy bajo saliendo con eso ahora-. Quiero volver casa ahora mismo.

-Mia...

Me enderecé en el asiento y le di una mirada dolida.

-Eres un idiota -dicté con enojo-, no sé qué ganas diciendo estas cosas pero basta ya. No quiero escuchar más de tus mentiras.

-No son mentiras, Mia tan solo quiero que me entiendas.

-¿Cómo pretendes que te crea? Llegas diciendo que necesitabas un lugar donde quedarte y ahora dices que viniste por mí y que me quieres. ¿Qué clase de estrategia es esa? ¿A qué pretendes llegar? ¡Dime!

Estaba furiosa, ya no podía aguantarle ninguna más.

-Sé que te mentí, pero no sabía que decirte. Estaba preocupado de tu reacción y temí que revelarte ciertas cosas no fuera lo correcto en ese momento, mira ahora.

-Aja ¿y cuál es la razón por la que viniste?

-Cuando eras más pequeña te conocí y cuando tenía como diez años no te volví a ver más. Hace poco me entere lo de tu padre y quise acercarme a ti. Tuve pánico porque no sabía cómo sobrellevar todas las cosas y como las llevarías tú.

Su historia parecía creíble, pero había cosas que él no había considerado y yo saque a colación.

-¿Y qué tiene que ver Angels con todo esto?

Percibí como se tensaba ante mi interrogación.

-No entiendo a qué te refieres.

Me reí sin tener gracia.

-Esperas que te crea y me sigues mintiendo.

Su expresión se endureció.

-Te vi allí.

-¿Cómo me viste?

-Estabas ahí, diferente a como estas ahora. Ahora explícame eso.

Permaneció en silencio, sin mirarme. Lo había llevado a un camino sin salida. Nos había llevado a ambos a un camino sin salida.

-Llévame a casa por favor -le pedí y cerré la puerta del auto-, es lo único que te pido ahora. Y no intentes solucionar nada, solo quiero volver.

Regresamos a casa en total silencio. Que él no intentara decir nada más, me confirmaba que había algo grande tras Angels, si trataba de justificarse, iba a hundirse más. Así que decidió callar. Yo tenía tanta furia que fue una gran hazaña mantenerme calmada o al menos no gritarle mil cosas. Muchísimos pensamientos recorrieron mi cabeza y apenas estacionó el auto en casa, hui de inmediato y corrí a mi habitación sin toparme a nadie. Me lance a mi cama y ahogue un grito frustrada, no pude retener las lágrimas que se derramaron, pero pude evitar el llanto.

Y aquel pensamiento comenzó a rondar en mi cabeza, retomo su fuerza en mí. Sabía que yo estaba cometiendo mis errores y no debía dejarlos pasar por alto como había estado haciendo. Tenía que hacer algo al respecto.

No podía seguir así...

Los sueños retornaron para atormentarme esa noche.

Lo siguientes días, mi meta fue evadir a Chris a toda costa, apenas lo notaba me escabullía donde él no pudiera molestarme. Y él parecía entender el mensaje, porque agachaba la cabeza y evitaba mi mirada.

Por lo menos, el hecho de que al menos ya había terminado con el calvario de estudiar para la prueba de historia había acabado, pero ahora había sido remplazado por la preocupación de mi calificación. Eso abarco mis pensamientos, eso y otra cosa.