-¿De verdad estaba dormido? -preguntó Allen todavía asombrado. Estaba sentado al otro extremo de la mesa de la cocina de la señora Jenkis y se había puesto una de las camisas que tenía en mi poder. Me sentía mal al devolversela.
-De hecho no, solo estuviste inconciente como diez horas.
Aunque bromeo, no puedo sentir más feliz que ahora, es inexplicable. ¿Como pudo haber dormido? Eso se supone que es imposible. Aún no puedo explicarme que ha ocurrido, me encanta ver como las sonrisas inconsientes se iluminan en un rostro caundo él también lo piensa, para él puede ser totalmente más profundo haber logrado dormir.
-No lo puedo creer -réplica con aquella sorpresa que no abandona su expresión e ignorando el hecho de que le fui irónica-. Es imposible.
-¿Que es lo último que recuerdas?
-Tu golpeandome con un bate -literalmente no se puede con nosotros, si él habla en serio yo no lo hago, si yo hablo en serio él no lo hace. No funciona así.
-Muerete.
-Estaba viendo tu celular y te observé mucho tiempo, me sentí cansado sin darme cuenta, tan cansado de toda una vida injusta y a la vez también me sentía... me sentía como si me hubieran devuelto la paz.
Me quedó callada, meditando lo que ha dicho. Que reacción tan incomprensible, habría sido como si se congelará y repentinamente eso le diera calidez.
-Pero solo querías quedarte despierto haciendo otras cosas -comentó burlona tomando el dije de la cadena que llevó en mi cuello y moviendolo a través de esta de un lado a otro.
-Valla forma de arruinarlo Joy.
-Bueno... -renuevo mis pensamientos rodando los ojos y le doy una mirada soñadora-. Amor mío, eso ha sido lo más sorprendente en nuestro largo y eterno amor, los dioses nos han bendecido...
-No se ni porque te provocó.
Le sonrió divertida y él me saca la lengua. Tras dirigirnos muecas para cada uno y cambiar el tema, vuelve a comentar algo sobre ello.
-Quiero volver a intentarlo.
-¿El de tirarte por la ventana?
-Todavía me duelen por las costillas -comenta acariciándose el costado-, pero eso no era. Quiero volver a domir. Vamos arriba y nos acostamos...
-¡Querido! -le reclama la señora Jenkis adentrándose en la cocina-. ¡Como te atreves a hacer una propuesta así!
-No, no, no. Abuela, no entendiste.
-¡Que pervertido Allen! Yo todavía conservo mi inocencia -le reclamó fingiendo estar ofendida con él, a punto de estallar en carcajadas.
-¡Hey! Abuela, en serio no estaba diciendo eso.
-No intentes limpiar lo que ya has destrozado. Se que a estas edades los jovenes están locos por el sexo, pero tu eres un caballero y ella una dama.
-Disculpa abuela, tienes razón. No... ¿no podrías explicarnos esas cosas? Sobre el sexo y eso.
Mi boca se abre de estupefacion, derrotada por la venganza de él. Debí haberle defendido, así me habría evitado el argurio que me esperaba.
-Por supuesto querido, así me gusta. Que quieran informarse, más de... de alguien que experimento tanto. También fui joven, así que los entiendo.
Le sacó el dedo del centro evitando que la señora Jenkis se de cuenta, él me hace una mueca burlona y se ríe en silencio mientras ella nos narra cosas que jamás podre olvidar.
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Black Angels
ParanormalMia Collins ha tenido que sobrevivir sin sus padres y familia. Vivir con su mejor amigo y la madre de él, le ha visto bien, pero cuando Chris, un chico bastante extraño llega a su vida, para vivir en su casa, la hace recordar mucho más las advertenc...