Podría decir que su respuesta me ha causado gracia, así que arrugo la cara tratando de evitar que se note que he reído de su contestación. Luego desvió mi atención hacia la pizarra. Él permanece en silencio un largo rato.
Transcurren unos segundos, en silencio en donde trato de dedicar mi atención al profesor, ya que es uno de los profesores que más rápidos son al hablar y la atención es necesaria para entender su clase, pero soy interrumpida.
—Siento lo de ayer —musitó entonces Allen.
Me sorprendo al escuchar y debo desviar mi atención para comprender lo que ha dicho, prácticamente lo que ha expresado él es lo que estuve pensando hace un buen rato, pero no había deseado decirlo.
—Vaya —contesté con un leve asentimiento.
—Siento haberte besado y siento mentirte al decir que lamento haberte besado cuando no lo hago, pero se supone que debo ser cortés y disculparme.
Hago una mueca, de esas que haces cuando te asombra la respuesta pero igual asientes.
—Entiendo, ya podrás entender porque no me voy a disculpar, porque no veo porque, si estaba bien merecido. Ahora podrías intentar ser cortés de nuevo y callarte, ya sabes, estamos en clase.
Creo que si se hubiera evitado esa pésima disculpa, yo podría haberme quizá disculpado correctamente. Porque me sentía un poco mal al ver su labio, pero ya no me siento mal.
Aguanta poco, el quedarse callado, porque parece incapaz de permanecer con la boca cerrada. No sé porque viene a clases si no hace más que hablar.
—Yo...
—No.
El profesor nos observa con advertencia.
—Oye...
—Cállate, por favor.
Pero a pesar de que mis intentos de que no articulara palabra alguna, se ha visto hablando a cada instante y yo ya llevaba media clase perdida. Realmente no sé exactamente cómo comenzaría el incidente después. Donde Allen terminaría cayéndose de su silla —yo lo empuje— y creará un ligero caos en clase.
Finalmente, nos castigaron a ambos por el acontecimiento. Eso me molesto bastante, porque había pocas veces que me habían castigado, podía contarlas con una sola mano. Ahora otra vez lo estaba y empeorando la situación, tendría también que aguantarlo allí.
Al final de la clase, me espere a que todos se fueran y fui a hablar con el profesor.
Allen se había quedado en la puerta como si le hubiese pedido que me esperara.
Quería hablar con el profesor y explicarle que había ocurrido, además quería rogarle que le impidiera a Allen sentarse a mi lado.
Cuando me observó, levanto una ceja.
—Lo siento Mia, pero no te quitare el castigo.
Maldije mentalmente.
—Está bien, pero ¿podría por lo menos escuchar por qué ocurrió?
—Bueno, ven en el almuerzo y te escucharé.
—Gracias.
Me di una vuelta y trague saliva, quizá por lo menos lograría que me quitara a Allen de encima.
Aunque solo en esa clase, pensé cuando salí y lo vi.
—¿Qué quieres? —le ataque sin ánimos de aguantarlo.
—Lo que tú quieres, mi compañía.
Cerré los ojos y conté hasta tres. Cuando los abrí, me limite a observarle con seriedad.
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Black Angels
ParanormalMia Collins ha tenido que sobrevivir sin sus padres y familia. Vivir con su mejor amigo y la madre de él, le ha visto bien, pero cuando Chris, un chico bastante extraño llega a su vida, para vivir en su casa, la hace recordar mucho más las advertenc...