Black Angels

4.

Mi cara nunca impacta contra el suelo, me percato que he quedado suspendida. A solo unos metros del piso. En mi brazo siento una presión y antes de entender por completo que pasó. Noto como soy jalada hacia arriba y de nuevo estoy de pie. Confusa y sin habla.

Vaya, él me acaba de salvar del impacto pero provoco el mismo. Muevo la cabeza y esta vez sí cruzo bien, sin tropezarme.

—Se dice gracias —comentó Allen al ver que me iba sin decir nada.

—No te voy a dar las gracias cuando en primer lugar casi caigo por tu culpa.

—¿Por qué yo siempre tengo la culpa?

—Porque la tienes —y salgo del aula, hago memoria un momento recordando que clase sigue y hacia donde debo ir.

Debía ir a Biología, una de las dos clases que recibía con Max. Así que apresure mi paso.

—¡Mia, espera! —Gritó él y me giro, contemplándolo a unos metros de mí—. No sé dónde queda Lenguaje.

Por un momento muchas cosas se me ocurren que pueda hacer, puedo insultarlo, ignorarlo, decirle una dirección falsa. Pero considero que si le digo de una vez, me deje en paz por un rato. Así que me ladeo un momento pensando que hacer y viendo si me voy a acercar a decirle o no, pero antes de que pueda articular palabra alguna, Deb se acerca con una sonrisa, y reconozco de inmediato que ella era una de las chicas que estaban detrás de Allen coqueteándole.

—Yo te enseño —le dice ella y juega con su cabello color chocolate. ¿Así es como se coquetea ahora? De verdad no estoy actualizada con nada referente al amor.

—Espera un momento —le sonríe Allen de respuesta y me sorprendo cuando camina hacia mí.

Deb espera sonriente y luego me observa un momento considerando si soy una amenaza. Y yo solo pienso que ni me acerco a llegar a hacer una amenaza para las chicas que quieran algo con Allen.

—¿Debo ir con ella? —me pregunta en un murmullo y por un momento me recuerda a un niño pidiendo permiso.

—Haz lo que quieras.

Él asiente.

—Entonces te veo en el almuerzo —dice y vuelve a caminar hacia Deb.

¿Quién le dijo que yo iba aceptar verlo de nuevo? Lo observo mientras le tiende la mano a ella, quien se ruboriza mientras la acepta. Entonces marchan hacia la clase de Lenguaje.

Sacudo la cabeza y cuando me doy la vuelta para retomar mi camino, dejo salir el aire de mi sistema. He tratado de no entrar en un pánico absoluto, pero no puedo creer que él esté aquí. ¿Por qué? No comprendo porque está pasando esto. No sé si sea el destino o solo algo pasajero. Lo veré hoy. Mañana ni me dirigirá la palabra.

Contengo una sensación agobiante en mi pecho, no me siento bien. Mientras paso en medio de los estudiantes, por un momento siento que soy invisible. Las personas van de un lado a otro, no recibo ninguna mirada, ningún saludo, es como si en ese momento no estuviera pasando por ahí. Me gustaría que todo el tiempo fuese así, donde no me observaran con odio o desagrado. Aunque no puedo pedir eso, si yo misma los observo así.

Cuando llego a clases, Max ya está sentado esperándome con un asiento vacío a su lado, reservado para mí. Puedo sentirme especial cuando me siento a su lado y le devuelvo la sonrisa que me ofrece.

—¿Cómo te fue con Alíen?

—¿Alíen? —hago una mueca risueña al pronunciarlo.

—Es que cuando trataba de recordar su nombre, lo primero que pensé fue en eso. Así se quedó en mi mente, además hay que admitir que parece de otro mundo.