Tras la visita al cementerio, me encontré algo perdida y confusa, considerando una y otra vez, cada instante de aquel momento, hasta sentirme mal y aún más desconcertada. Aquello dio tantas vueltas a mi cabeza, que fue un alivio que los deberes de la escuela me mantuvieran ocupada. Tan ocupada que me creaban la excusa esencial para negarme a recibir clases de conducir con Chris.
Teníamos un examen de Historia para el lunes y como era una materia que se me dificultaba, comencé a repasar desde una semana antes. Había remplazado cualquier lectura muchísimo más interesante, por los libros de la materia y repasaba al menos un rato la historia del país, sus presidentes y antecedentes históricos. Todo aquello me estaba volviendo loca, retener toda aquella información y no tener motivación alguna excepto la obligación.
Estuve tan atareada de cosas, que no pude ni siquiera considerar aquel habito de Allen de faltar a clases sin aviso alguno. Cavilé, en esos pocos ratos donde podía pensar en otras cosas que no fueran en obligaciones, en que había pasado con él. Que había pasado respecto a Sophie… ante la evocación, me estremecí incomoda, sin haberme recuperado de lo que había pasado aquel día y de su presencia tan sombría.
Entonces, el miércoles, mientras almorzaba en silencio en compañía de algunos de los amigos de Max, que se habían animado a unirse a nuestra mesa. Yo recibí un mensaje.
Sorprendida, leí el mensaje de Alex. Me había escrito para preguntar la hora en la que saldría de clases y yo le conteste con la verdad y le cuestioné por qué el de su pregunta, pero no me respondió nada más. De inmediato olvide el tema, a notar que ya casi era la hora de volver a clases.
Al final de clases, me propuse a marchar sola debido a que Max tenía planes y fui lentamente a la salida, mientras sacaba mis auriculares para escuchar música camino a casa. Cuando, por el sonido del clakson del auto lado de la acera, fui consiente de aquel ya familiar vehiculo. Revisé dentro y reconoci al instante al conductor.
Me hizo señas de inmediato para que me acercara y dudosa, me aproxime hasta el auto.
—Hola Mia —me saludó y me ofreció una sonrisa, yo traté de devolvérsela con el mismo ánimo.
—Hola Alex ¿Qué haces aquí? —le cuestioné recordando su mensaje. Hubo movimiento en los asientos de atrás, pero no tenía una buena visión, así que no pude ser capaz de saber que había sido.
—Entra y te explico.
—No puedo, voy a mi casa.
—Mejor, yo te voy a dejar. Prometo que todo estará bien. Entra.
No sentía que fuera muy buena idea, pero sabía que iba a llegar a casa solo a estudiar y ya me estaba hartando de ello y además Max había salido, sentía que yo también podía darme ese privilegio, aunque solo fuera un viaje en un auto.
Así que abrí la puerta del coche y me concentré en entrar sin incidentes.
—¿Cómo ha estado todo? —me pregunta, mientras se fijaba por el retrovisor para estar segura que ningún coche venia.
—Oh bien, supongo —le dije mientras guardaba mis audífonos.
Puso en carro en marcha y me miró un momento.—Cinturón de seguridad —me ordenó dulcemente y yo lo hice.
Si, solía olvidarlo.
—¿Allen? —articuló, entonces, mirando hacia atrás.
¿Allen?
—¿Si? —pronuncio una débil voz, en los asientos de atrás. Me paralicé desconcertada.
¿Cómo no me había percatado que estaba allí?
Me fije por el retrovisor, mientras él se enderezaba en el asiento de atrás, al lado de la ventana. Su mirada estaba perdida y el destello de amargura se me hizo notorio, me provocó un nudo en el estómago, mientras notaba sus manos escondidas en la sudadera que traía puesta.
Su mirada dio con la mía a través de aquel espejo, tan solo un momento, un momento que me fue difícil de sobrellevar. Que me hizo sentir una pesadez destrozante. Tragué saliva y voltee a mirar hacia otro lado, incapaz de seguir ante aquel sombrío azul de sus ojos.
Sentía que estaba ante una persona distinta y que aquella mirada que poseía en ese momento, apenas la había visto de soslayo en destellantes momentos. Pero me sentía confundida, tras no verlo durante estos días, no me imagine encontrarlo así.
Pasaron unos minutos que fueron una mezcla entre interminables, porque fueron lentamente mientras me sentía fatal, pensando si debía decir algo o simplemente quedarme callada, pero a la vez cuando notaba el tiempo que había pasado, sentía que había sido muy rápido. Y que yo seguía sin ser capaz de decidir qué hacer.
Entonces Alex detuvo el auto y me sentí perdida, sin ser consiente en donde nos encontrábamos y solo un momento después, Allen cerraba la puerta después de haber salido con prisa. Mi mirada fue rápido al perseguir su rastro. Lo vi caminar con velocidad hacia el local de Fred, que por fin había logrado reconocer. Aprecie todos los detalles de él que pude antes de que desapareciera dentro del local. Su cabello oscuro desarreglado y algo húmedo, aquella sudadera gris combinada con unos pantalones negros y llevaba algo agarrado a sus manos. Dos libros, uno mediano de portada oscura y uno que desentonaba por completo. Uno con figuritas de colores vibrantes y entendí que eran de esos libritos para colorear.
Luego él desapareció de mi visión y aquella presión en el pecho fue agobiante.

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Black Angels
ParanormalMia Collins ha tenido que sobrevivir sin sus padres y familia. Vivir con su mejor amigo y la madre de él, le ha visto bien, pero cuando Chris, un chico bastante extraño llega a su vida, para vivir en su casa, la hace recordar mucho más las advertenc...