Yo me retiro de la ventana y la cierro, poniéndole el seguro por cualquier cosa. Luego, después de un suspiro, me quite el suéter y lo tire en la cama antes de salir de mi habitación. Seguí el paso hasta el cuarto de Max, toque varias veces, pero no abrió, me preocupe por que debajo de la hendija de la puerta se notaba que la luz estaba encendida. Así que pase de inmediato.
Estaba en su escritorio, de espaldas a mí, con libros y su computadora, me acerco más y es ahí cuando me percato que tiene los audífonos puestos.
Esta era la razón, por la cual Max, no escucho mis gritos. Estaba escuchando música. Tal vez, después de todo, si sea un poco peligroso escuchar música con ambos audífonos y en volumen tan alto que ni siquiera pudieras escuchar tus pensamientos. De no ser por Allen, hubiera caído de lleno y Max no se hubiera enterado, por estar escuchando música.
Me siento en su cama y suspiro pasándome las manos en la cabeza, al percatarse de mi presencia él dejó de hacer lo que hacía y se quitó los audífonos. Me sonrió.
—¿Que paso? —pregunta.
Estoy a punto de contarle con paciencia todo, a punto de ordenar mis ideas y pedirle que no enloquezca con mis decisiones estúpidas y descabelladas, que no busque a Allen para matarlo por amenazarme. Cuando me quedo muda, incapaz de decirle. No estoy segura de contarle.
—Quería ver que hacías
—Mmm-hmm.
Me veo siendo indirecta al decirle solo una cosa.
—Oye, Max ¿No te parece extraño Chris? —le pregunto.
—¿Raramente atractivo?
—Raramente extraño.
—Me parece que Chris será el próximo chico que se robe mi corazón.
—Deja de enamorarte de todo tipo que veas guapo.
—No prometo nada.
—Terminarás decepcionado cuando no te haga caso y eso te romperá el corazón, como siempre.
—Por lo menos lo intento. Es mejor un corazón roto, a uno que nunca conoció el amor.
Golpe bajo.
—¿Sabes? Eso dolió.
—Eso se suponía, así es la vida. Te esmeras en evitar el amor a toda costa, pero lastimosamente algún día la persona que menos pienses, lo romperá.
—No quiero que rompan mi corazón.
—Nadie quiere, pero de los errores se aprende ¿no? Cuando rompes una hoja, con cinta se arregla.
—Sí, pero no vuelve a ser la misma.
—Lo sé, pero tiene arreglo.
—El único chico en mi vida tienes que ser tú. Estoy bien así.
—Eso es lo que dices.
Ruedo los ojos.
—Yo nunca me voy a enamorar.
—Acabas de cometer un gran error.
—¿Cual?
—Darle un reto a la vida.
—¿Que? No, no.
—Decir que no harás algo, es como tener hambre y no querer comer. Puedes resistirte todo lo que quieras, pero, siempre tendrás hambre. Y cuando por fin comes, tendrás dos opciones; sentirte satisfecho o sentirte mal. Tú escoges.
Odio que Max tenga razón. Ha tenido que pasar por muchas cosas en su vida, esta sociedad no acepta a personas que solo aman a otras, la sociedad los ha catalogado como homosexuales, como si fueran escorias solo porque aman a personas de su mismo sexo. Max no la ha visto fácil, al ser gay ha sido señalado por su familia y ha tenido que estar ocultando a la sociedad de lo que no está avergonzado de ser, solo porque quiere evitar insultos y estereotipos. Las personas pueden ser realmente estúpidas y pueden herirte sin importar nada.
—Te odio.
—Me odias porque tengo razón.
Le sonrió.
—Eres un maldito sabio —le hago saber.
—Lo sé —me contesta devolviéndome la sonrisa.
Me levanto de su cama y le digo que siga en lo que estaba, luego salgo de su habitación para volver a la mía, me cambio para ponerme pijama. En ese momento ya era muy tarde, solo deseaba que el día acabará.
Cuando Amie llega, con sigilo bajo a la primera planta en busca de Amie, ella está en la cocina, sentada en el desayunador tomando un vaso de agua.
—Hola mamá.
Levanta su cabeza y en su rostro se dibuja una sonrisa.
—Hola cariño.
—¿Y Chris? —pregunto porque ya no le veo.
—Ya se ha ido.
—¿Dónde estaban?
Ella se ríe antes de contestarme.
—Pareces mi madre preguntando donde estaba.
—Lo siento —me disculpo—. Es que Chris ha llegado y has estado saliendo mucho con él.
Amie hace una mueca y luego ríe con fuerza.
—Mia, Chris es muy joven para mí.
Tomó la idea equivocada de lo que le dije. La imagen de ellos juntos pasa por mi mente. Me dan ganas de vomitar.
—No mamá, a eso no me refería.
—Que bien, ya me habías asustado.
Me siento inquieta porque de alguna manera ha evitado contestar mis preguntas.
—Entonces... ¿qué hacías con él?
—¿Por qué tan insistente, cariño?
—Chris, me parece algo extraño.
—¿Por qué te parece extraño? ¿Él ha hecho algo que te moleste?
No puedo decirle que le he visto hoy a él, de una forma distinta, porque me delataría. Tampoco que he escuchado que por el teléfono él ha mencionado su nombre, lo que confunde. Y no puedo decir o hacer nada al respecto porque jamás debí haber estado en ese lugar a esas horas y seguramente nunca debí haberlo visto a él de esa manera.
—No ha hecho nada, seguro lo veo así porque no me gusta la gente nueva.
—No le temas, él es una gran persona, cuando lo conozcas lo veras. Ve a dormir ahora, que es tarde. Te amo.
—Yo también, mamá.
Me retiro a mi habitación, realmente cansada. Sin saber en qué pensamiento confiar. Me acosté y me quede dormida de inmediato.
Esa noche tuve la misma pesadilla de siempre.

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Black Angels
ParanormalMia Collins ha tenido que sobrevivir sin sus padres y familia. Vivir con su mejor amigo y la madre de él, le ha visto bien, pero cuando Chris, un chico bastante extraño llega a su vida, para vivir en su casa, la hace recordar mucho más las advertenc...