Capítulo 39

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Perdón por la nota al comienzo del cap, no suelo hacerlo pero es para decir dos pequeñas cosas. Uno; recomiendo comenzar el capitulo con la música con el que término el anterior. Imagine Dragons Battle Cry, le dará mejor intensidad. Segundo y esperando que no me maten. La intriga que quedo a final no fue intencional y lo siento haberlas hecho pasar por ese calvario. Como yo sabía quien era no se me ocurrió justificar bien quien. Así que disculpen. Ahora pueden leer el capitulo con tranquilidad, bueno si es que se puede. ¡No se coman la uñas!

En un débil y torturante segundo el mundo me da una vuelta, me marea. Mi cerebro no logra comprender todo, es como a mi alrededor se paralizará. Creo que me caeré, la pared no es suficiente para apoyarme. Mis pies no son capaces de resistir mi peso yo no soy capaz de mantenerme en pie más tiempo.

Sollozando y con un temblor involuntario, lo observó de nuevo. No puede ser, esto debe ser imposible. Seguramente el hombre de hace un momento me ha herido y estoy delirando hasta el punto de muerte, eso tiene que ser, pero apesar que todo es tan irreal, se que son solo escusas para no creerlo.

El silencio que se prolonga es arrebatador. No me hace nada y apesar del miedo se que no lo hará, es él. Su mirada pierde intensidad, parece perdido. Contengo el aliento buscando entrar en razón, hasta que su cara de dolor me saca de órbita.

Sus rodillas se doblan, cayendo al piso bruscamente. De su garganta sale un gruñido desgarrador de dolor que me eriza la piel. No logra mantenerse estable y termina acostado en el piso con sus manos en el estómago y su cara contraída de dolor. Todo mi cuerpo me dice que corra, que huya de ahí. Que todo esto es peligroso. Pero me sorprendo que aún aterrada, confusa y desconfiada me lanzó a su lado. Al tocar su estómago descubro que su camisa esta empapada de sangre.

—¿Que esta pasando? —pienso que quizá el hombre lo ha herido, que debería llamar una ambulancia, pero no puedo. Tiene dos grandes inconvenientes que no me lo permiten. Lo sacudo desesperada porque empieza a cerrar sus ojos de manera irresistible, como si el dolor fuera tan grande que mantener sus ojos abiertos fuera imposible—. No cierres los ojos, no se que hacer.

—Llama a Alex o Chase —murmura apenas entendible entre el gemido de dolor que produce. Mis manos estan llenas de sangre y al buscar mi celular este se ensucia. Me intento limpiar las manos con la camisa. Lleno también la pantalla, así que casi no logró ver bien. La torpeza me reclama de inmediato, mientras intento entrar en contactos. Alex es la primera en salir en la lista. Así que es a la que llamo. Me desespero al aguardar que responda la llamada, mientras Allen ya hace entre mis brazos y apoyado en mis rodillas algo inconsiente.

—Alex —le suplicó llorando en cuanto entra la llamada—, necesito tu ayuda, Allen esta sangrando, no se que hacer y no se donde estoy.

—¿Que? —responde en un tono agresivo y alterado—. No puede ser... ¡maldita sea! No te preocupes, ya llegaremos de alguna manera u otra. No entres en pánico por favor.

¿No entres en pánico? ¡Yo soy el mismo pánico!

Al terminar la llamada la desesperación llega a niveles más allá de los que puedo soportar. No se como nos van a encontrar, solo ruego porque lo hagan. El labio inferior me tiembla mientras trato de evitar las lágrimas. Paso mi mano a su alrededor abrazandolo y esperando que no se muera.

—No seas un idiota —le digo a Allen para que me escuché y permanezca consiente.

Hace un mueca, hasta que logro entender que es una sonrisa torcida con rastro de dolor.

—¡¿Por que te ríes?! —le gritó histérica—. ¡Esto no es gracioso!

—E-es solo que... me estas abrazando.

Black AngelsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora