Negación del deseo

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PUNTO DE VISTA DE REGINA MILLS

Mientras veo por la ventana del auto como queda el campus atrás, los recuerdos de uno de los peores días de mi vida me golpearon con fuerza, hacía tiempo que no lo recordaba hasta el punto de sentir la tensión en cada uno de mis músculos, puedo escuchar el ruido las sirenas martillear mis oídos y las luces rojas y azules cegarme. 

Sin poderlo evitar, lágrimas silenciosas corren por mis mejillas de manera fluida, Kristin respetó mi momento, como siempre lo ha hecho, acompañándome pacientemente mientras me atormentan mis demonios.

Me percato de que entramos a la ciudad cuando mis ojos chocan con los edificios que indican que estamos en zona urbanizada, volteo a ver al lado del conductor, Kristin me mira con comprensión y afecto, lo que me hace reafirmar que no me equivoqué al confiar en ella, su mano va a mi muslo y lo presiona en señal de que está ahí para mí, tal como lo estuvo aquel día.

Kristin: ¿Vas a decirle a tu hermana?

Regina: No quiero preocuparla, solo necesito despejarme un poco, ella y tú son mis rocas, solo tenerlas cerca me hace bien, estoy agradecida con Dios por tenerlas- Le di una sonrisa sin mostrar los dientes.

Kristin: Eres una mujer fuerte Gina, estoy orgullosa de ti, a pesar de todo lo que has pasado, tu corazón es noble, eso es admirable- Sonrió dulcemente.

Por fin llegamos a casa de mi hermana, Kristin y yo acordamos que mañana por la tarde pasará a recogerme para regresar a la universidad, no tocamos el tema de lo sucedido, lo que agradezco mentalmente, Kristin parece saber siempre lo que necesito.

Regina: Te adoro mi dragón- Le digo viéndola a los ojos.

Kristin: Y yo a ti mi pequeña bruja- Sostiene mi mirada.

Me quito el cinturón de seguridad, me acerco a ella y dejo un suave beso en sus labios. 

Mi relación con Kristin es principalmente de cariño, pero también física, a veces pienso que de alguna manera es mi alma gemela. 

Respiro profundamente, me bajo del auto y tomo mi mochila del asiento trasero, le digo adiós con la mano, ella corresponde, pone el auto en marcha y se aleja.

 Es hora de ver a mi hermana mayor, así que me acerco a la puerta y toco el timbre, ella abre la puerta y me abraza fuerte.

Regina: Bette Porter, me estás asfixiando- Dije riéndome.

Bette: Perdón Gina, pero estoy feliz de verte hermanita- Dijo emocionada.

Regina: No más que yo hermanolfa- Le di una sonrisa contenida al recordar el motivo de estar allí.

Bette: ¿Qué es esa cara? ¿Alguien le hizo algo a mi brujita? Porque si es así, dime a quien tengo que patearle el trasero- Hace un movimiento de pelea, lo que me hace reír.

Regina: Solo estoy algo nostálgica hermana- Respiro profundamente.

Bette: ¿Algo en particular?- Como siempre, muestra interés.

Regina: Nada, la vida en general- Mentí.

Bette: Tengo la solución a eso, ¿Qué te parece ir a nuestro restaurante favorito?- Presiona mis mejillas.

Regina: Eres la mejor, nada para levantar mi espíritu como una deliciosa hamburguesa con doble queso- Mi estómago rugió feliz y me hermana soltó una carcajada que seguí.

Mi niña venenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora