Recuento de daños

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PUNTO DE VISTA DE EMMA SWAN

Estaba sentada en esa maldita sala de justicia, Jones tenía abrazada a Regina por atrás y su arma apuntaba a su cabeza.

Killian: Eres mía Mills- Besaba su cuello.

Yo quería vomitar, los ojos de mi esposa estaba perdidos y bañados en lágrimas, quería levantarme para liberarla, pero no podía moverme y comencé a entrar en pánico.

Emma: Por favor Killian, te lo suplico, no la lastimes, puedo darte todo lo que quieras, puedes huir, tengo mucho dinero, nunca te encontrarían y serás libre, solo devuélveme a mi Regina- Rogaba patéticamente, pero no me importaba.

Killian: Ella es MI REGINA, iremos a un lugar donde podremos estar juntos- Llevó su asquerosa mano libre a sus senos y los masajeó.

Emma: Déjala por favor- Lloraba desbordada.

Regina: Te amo Emma, háblales a nuestros hijos de mí, del amor que siento por ellos y por ti.

Emma: NO, NO TE ATREVAS A DESPEDIRTE REGINA SWAN-MILLS, TE LO PROHÍBO, no lo hagas, por favor no me dejes, no podré vivir sin ti- Mi voz estaba completamente ahogada.

Killian: Ya te dejé despedirte mi princesa, es hora de irnos- La hizo girar la cabeza para besar sus labios.

El disparó en la sien de mi esposa que siguió a eso me cortó la respiración, mi niña cayó sin vida sobre el piso, inmediatamente después, él se disparó cayendo al lado del cuerpo inerte de Regina.

Emma: NO, NO, NO, REGINA, REGINA, NO ME DEJES REGINA, POR FAVOR, TE NECESITAMOS, REGINAAAAAAAA, NOOOOOOO- Cerré los ojos con fuerza, quiero morir, quiero irme con ella.

Regina: Mi amor, Emma, tranquila mi vida, todo está bien- Escuché su voz y sentí sus manos en mi rostro, apreté más los ojos, me negaba a abrirlos por miedo a que ella no estuviera ahí y que solo sea producto de mi imaginación- Estoy aquí mi hermosa rubia, abre tus ojos para mí, déjame ver esas increíbles esmeraldas que tanto amo- Su voz era llorosa, pero tan dulce.

Emma: ¿Prometes no desaparecer? - Pregunté con miedo sin abrir los ojos todavía.

Regina: Te lo prometo- Seguía acariciando mis mejillas.

Poco a poco abrí los ojos, ahí estaba ella, acostada a mi lado, con lágrimas en los ojos y esa hermosa sonrisa que mueve todas mis estructuras, me lancé sobre ella, abrazándola y besándola mientras lágrimas de felicidad bañaban mi rostro.

Emma: Estás aquí mi niña hermosa, eres tú, pensé que te había perdido, Dios, no puedo Regina, no puedo vivir sin ti, estaba tan asustada ¿Estás bien? ¿Saliste herida? - Mi mirada escaneó su cuerpo.

Regina: Oye, ya te he dicho que no vas a deshacerte de mí fácilmente mi señora bella, no tengo ni un rasguño- Me besó con mucha ternura.

Emma: Gracias a Dios, fue una pesadilla, la peor de mi vida, pensé que nuestros hijos y yo no te tendríamos más- Suspiré profundamente- ¿Las gemelas? - Miré con preocupación mi vientre.

Regina: Ellas están bien, son fuertes como su madre rubia, tuviste una caída de presión y sangrado, pero Addison hizo un gran trabajo, estaba tan asustada cuando te vi en el suelo, nunca en mi vida he sentido tanto miedo- Miré alrededor, no estábamos en nuestra habitación, sino en una de hospital.

Emma: ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

Regina: Casi 24 horas, los medicamentos que te dieron fueron fuertes, Addison me aseguró que no lastimarían a nuestras pequeñas- Acarició mi vientre y vi sus ojos cansados.

Mi niña venenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora