Capítulo 2

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Un repiqueteo constante se oía en una cueva submarina, allí los peces y demás criaturas marinas nadaban por el lugar iluminado por unos corales mágicos puestos en hermosos candelabros de bronce.

Thetis se acercó a la fuente de ese ruido y vio a su hija adoptiva, ya echa una mujer, trabajando en una fragua estaba elaborando una espada y como siempre un trabajo excelente.

Cuando la encontró la nereida atendió sus heridas y poco a poco con paciencia y amor Hefesto se fue recuperando. Ahora era una diosa fuerte y habilidosa que hacía los más increíbles forjados no solo de armas, sino de joyería, en piedra, e inventaba nuevos artilugios. Además a pesar de su exterior frío y duro en realidad es una mujer amable de corazón y fuerte como el metal con el que trabajaba.

Si Hera no la hubiera abandonado, se habría dado cuenta de la verdadera joya de hija que tenía, todos los hijos no importa su aspecto o qué merecen una oportunidad.

Hefesto o Hefi como le apodaba Thetis(para que fuera más femenino), iba con una armadura completa,guantes de cuero gruesos para trabajar el fuego o la lava, un pectoral rojo le cubría el pecho. Un abrigo a modo de capa, junto aun peto marrón y una falda marrón oscuro junto a unos pantalones de color negro y unas botas hasta la rodilla. Lo que más destacaba era un casco dorado con un conjunto de pinchos pequeños a modo de cuernos dándole un aspecto algo intimidante y feroz. Le cubría completamente la cabeza y no se le veían los ojos. (Su aspecto sería como el del armero del Mandaloriano)

Era como si fuera atrabajar en la fragua o luchar en la batalla.

Hefesto no mostraba jamás su aspecto desde lo ocurrido solo se quitaba su armadura delante de su madre adoptiva.

Hefesto cuando creció un poco, mostró un inusual interés en la fragua así que uno de los cíclopes le empezó a enseñar todo sobre metalurgia y la herrería.

Pronto la joven diosa superó a sus maestros forjando increíbles armas y armaduras asombrando a todos, los candelabros de coral fue una de sus ideas, hizo que se volvieran luminosos y en los candelabros mantenían ese poder y ahora todos en el reino submarino tenían de esas lámparas.

También pedían sus armas y las sirenas o ninfas peleaban por conseguir una de sus joyas, no era ningún secreto pues la propia reina de los mares Amfitrite había oído hablar de esta diosa y quiso que hiciera una corona para ella.

Hefi aceptó el encargo y forjó una magnífica corona de oro blanco con forma de corales, algas y cangrejos lo presidía un zafiro, la piedra fue pulida y cortada por la diosa herrera.

Amfitrite sé quedó impresionada por la magnífica corona era incluso más hermosa que la de la reina Hera y no tardo en encargarle sus joyas a Hefesto.

El propio Poseidón quedó asombrado y le encargo que hiciera un tridente y una caracola para su hijo Tritón, el tridente era de un metal azulado que la propia diosa había creado. Muy duro y resistente pero que se podía emplear fácilmente en el agua. Las puntas eran de oro encantadas para convocar las mareas y la caracola que tenía ornamentos de oro y plata al tocarla podías llamar a todas las criaturas del mar.

Tan impresionados estaban que prácticamente le encargaban todo, pero Hefesto sabía que tenía que cumplir un cometido antes.

Aunque aquí gozaba del amor de su madre y el respeto de los demás nunca había podido olvidar la cara de decepción y asco de Hera cuando la desechó como si basura se tratase.

Pero pronto le demostraría lo equivocada que estuvo.


Pero pronto le demostraría lo equivocada que estuvo

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Mientras en el Olimpo.

Numerosas peleas se daban en la sala del trono de Zeus, los dioses en especial las diosas se peleaban o discutían entre ellas.

La causa, el nuevo dios llamado Afrodito.

Cuando Urano fue cortado por Cronos y arrojó sus restos al mar de sus genitales nacería un dios que emergió en las costas de la isla de Chipre.

Aquel dios era pura belleza y masculinidad, deseo hecho carne sus ojos eran de un luminoso azul marino con violeta, su cabello era de un rojo intenso y hermoso, lo tenía corto por el cuello excepto por algunas trenzas en oro.Llevaba brazaletes de oro y una túnica blanca pero que dejaba ver la imaginación, elegante y coqueto a la vez que misterioso y descarado incluso varios dioses masculinos lo deseaban.

Pero su llegada había generado conflictos que parecían no tener fin las diosas como Hera, Hestia o Deméter se temían que fuera el inicio de una guerra civil, llevaban días así y parecían no poder encontrar unas solución.

Lo que no sabían es que una invitada inesperada llegaba en ese momento trayendo más caos al Olimpo pero tambiénel fin de los conflictos.



Fuego IncandescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora