Hefesto estaba incómoda mientras entraba en la fiesta, todos la miraban boquiabiertos, hasta su padre y tíos estaban igual de no ser por el fuerte codazo que Zeus recibió en el estómago de Hera y Poseidón de Amfitrite.
La mirada que su madre le daba era casi la misma que suele recibir, afilada y furiosa ¿pero celos? ella nunca la había mirado con celos o envidia como ahora. Y ahora que lo veía había muchas mujeres que la miraban así, con admiración y rabia.
Y los hombres...
Se le revolvió el estómago sintiéndose un cervatillo en medio de una manada de lobos hambrientos, prefería a antes de todo esto, al menos estaba acostumbrada a ser recibida con pena y asco.
A su lado por suerte estaban Ama no uzume y Aizen cada uno flanqueándola cosa que les agradecía. Cuando despertó no lo podía creer y estuvo enfadada con ambos dioses pero lo hicieron por ella, sacando no solo una gran seguridad en si misma sino que cambió su apariencia junto a la sensualidad y pasión que tenía en su interior y no sabía que tenía y la poción lo sacó a la superficie.
Después de calmarse y de que Ama no uzume la baño, perfumó y le puso prendas hermosas pero sin ningún maquillage, Hefi no quería, con lo que la otra diosa coincidió.
—Mejor tienes una belleza que no necesita más arreglos, natural y eso las hará enrabietar más—
Personalmente no creía que enfurecer a un grupo fuera necesario, Hefesto solo quería paz, luego se miró en el espejo sin creer lo que veía estaba...tan cambiada, no se reconocía, normalmente llevaba su armadura y estaba cubierta de mugre pero ahora con esas ropas y su rostro así no sabía que decir.
Ahora estaba en la fiesta queriendo meterse en un agujero todos en el lugar habían enmudecido, a los lejos vio a su hermano Ares darle una mirada hambrienta que la repugnó, a su lado Aizen se aclaró la garganta para llamar la atención de todos.
—Bueno ella es una invitada temporal que acaba de llegar después de un largo viaje, viene de tierras muy lejanas, es un espíritu que encarna la belleza y la inteligencia. Sólo estará aquí por un periodo corto de tiempo ya que a venido a descansar, a la mañana siguiente tendrá que irse—
Hefi estaba colorada ante tantos ojos que la miraban. respiró hondo para calmarse, como desearía no haber salido jamás de la fragua.
—Encantada de conocerlos me llamo Xiren—dijo sonriendo.
Si ya era hermosa lo era aún más cuando la vieron sonreír de esa forma dulce e inocente y había algo en ella... una dulzura y suavidad que los atrajo más y su voz era suave y con un tono como los arroyos.
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Fuego Incandescente
RomanceTodos los dioses son considerados perfectos, bellos o simplemente divinos y esplendorosos a la vista cualquier mortal queda deslumbrado por su belleza y encantos. Menos una, quien les demostrará lo que vale y enfrentarse a un mundo de hipocresía y f...