Todo se quedó en silencio, como un día de invierno después de que nevara y quedara el inquietante frío y el silencio pero esto era peor y más perturbador sobre todo porque todos miraban a cierto dios esperando su reacción.
Afrodito no dijo nada, no gesticuló ni hizo ningún gesto, cosa que fue peor.
El dios del deseo observó a esa niña horrorizado y con repugnancia vio que tenía alas pero tenían una posición extraña de hay que necesitara a ese perro para volar.
Además de ser ciega vio con disgusto y horror esos ojos extraños y perturbadores que podían llevar a un dios al borde de la locura.
-Mi hija ¿estás bromeando? Eso no es mi hija, ningún hijo mío sería una abominación así-a medida que hablaba alzaba más la voz.
Lo que no se dio cuenta es que tenía el martillo de Hefesto justo en sus narices con cautela retrocedió al ver la ira ardiente de su esposa.
-Cuidado Afrodito-dijo con voz calmada pero un tono amenazador que sonó en los huesos de todos-Puedes meterte conmigo, no me importa pero con mi hija jamás, sino desearás estar en el Tártaro-
Había muchas cosas que Hefesto podía tolerar, que se metieran con ella, la ridiculizasen o le fueran infiel pero que insultaran o menospreciaran a su hija eso si que no iba a tolerarlo ni siquiera del rey de los dioses.
Zeus se adelantó intentando hacer la paz en el matrimonio aunque él no era un buen ejemplo de estabilidad matrimonial.
-Ahora vamos a calmarnos todos Hefesto ¿puedes explicarnos todo desde el principio?-
La diosa herrera poco a poco bajó su martillo y contó todo desde que salieron de Japón descubrir su embarazo y el encubrimiento de Hades y Hécate. Y el incidente con Apolo, Hera y Ares, Afrodito estaba furioso por lo de éste último, era su amante.
-¿¡Así que esos dos te ayudaron junto al resto del inframundo a encubriros a ti y a tu hija!?-Afrodito miró con odio a Hefesto y Kyoko-Y luego ella ataca a todo el mundo-
-Es por lo que le hicieron a mi madre, arrojarla de nuevo del monte Olimpo y lo de Apolo, Hera y Ares fue un accidente-dijo la niña mirando a su (padre) disgustada con él por como era y trataba a su madre.
Hades vino para intentar arreglar este estropicio.
-Kyoko es una diosa que trabaja para mí, es decir forma parte de mi reino y ha contribuido mucho entre ello la captura de Sísifo. Si intentáis algo contra alguien de mi reino estáis contra mi-
-Además de que tendréis problemas también conmigo-completó Hefesto y su voz se tornó amenazadora-Si intentáis algo contra ella no os suministraré más armas ni creaciones lo juro por el río Styx-
Aquel juramento asustó a todos incluyendo a Zeus, Hera y Afrodito. Aparte de Atenea Hefesto era la mejor artesana del panteón y les otorgaba las joyas, carros y armas necesarias para ellas y los héroes no podían prescindir de ellas.
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Fuego Incandescente
Storie d'amoreTodos los dioses son considerados perfectos, bellos o simplemente divinos y esplendorosos a la vista cualquier mortal queda deslumbrado por su belleza y encantos. Menos una, quien les demostrará lo que vale y enfrentarse a un mundo de hipocresía y f...