Capítulo 6: Revelaciones

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Cuando Wen Qing le dijo a los Wei que esperaran, se dirigió a su hermano pidiéndole que cerrara solo la cafetería y que volviera a casa temprano, puesto que ella demoraría en ir a dejar a Wei Ying y A-Yuan, ya que debía de conversar algunas cosas con el hombre, y no dejaría pasar esta oportunidad para hacerlo, ya era tiempo de tener LA CHARLA. Wen Ning por su parte, le pidió a su hermana que no fuera muy dura con el hombre, que él terminaría por cerrar la cafetería sin ningún problema y que tomaría un taxi hasta casa y que ahí la vería. Ambos se despidieron y la Wen salió hablándole al hombre.

- Muy bien Wei Ying, vamos al auto.

- Mn, voy enseguida, déjame tapar con la manta a mi cachorro que ya se durmió.

- No se te olvide llevar a manzanita, que si se te queda acá en la cafetería no te salvaras de un berrinche milenario que despertará a todo Yilling, y creo que nadie quiere eso.

- Tranquila, ya lo guarde en la mochila, así que no habrá necesidad de ningún berrinche ni de despertar a toda la ciudad.

Manzanita era el peluche favorito de A-Yuan, pues desde que nació fue el primer juguete que su madre pudo comprarle y este le gustaba tanto, que no había lugar a donde fuera que no lo llevara consigo. Ni siquiera para dormir se despegaba de él, debía de dormir a su lado abrazándolo, porque lo hacía sentir seguro, como si su mamá fuera la que estaba a su lado entregándole todo el amor que siempre le transmitía.

Habiendo tapado a su cachorro con una manta de conejitos de color celeste, se subió al auto de la Wen y se dirigieron hasta su casa. El viaje no duró más de 5 minutos, por lo que cuando llegaron a la vivienda, la mujer le ayudó abriéndole la puerta y entrando las cosas que estaban en el auto para que Wei Ying pudiera llevar a la habitación, arropar y acostar al pequeño. Hecho esto, el hombre salió de la habitación en dirección a la sala para agradecer a su amiga por la ayuda brindada hace unos minutos atrás y poder despacharla, ya que estaba cansado y quería dormir, pero estos no eran los planes de la alfa.

- Muchas gracias por traernos A-Qing, una vez más no sé cómo agradecerte.

- Sabes que no es problema para mí traerlos cada vez que puedo, pero Wei Ying, ¿Por qué insistes en vivir en esta casa sabiendo que en mi casa hay espacio de sobra para ustedes dos, que siempre serán bien recibidos?

- Uff sabes el porqué. – resoplaba Wei Ying mientras se sentaba al lado de la Wen en el único sillón de dos cuerpos existente en la pequeña casa.

- Sé que tu familia te expulsó, pero oye, nosotros jamás haríamos eso. Nunca te hemos pedido explicaciones ni mi hermano ni yo, siempre te hemos apoyado y siempre lo haremos, aun cuando no somos una familia sanguínea, tú si eres parte de nuestra familia, así que por favor no insistas en que tu familia solo es A-Yuan, porque no es así.

- Lo sé, es solo que para mí aun es difícil saber que mis padres me echaron sin siquiera escucharme, y que ninguno de mis hermanos me buscó en todos estos años, eso aún me duele muchísimo, creí que después de tantos años viviendo con ellos desde que decidieron adoptarme después de la muerte de mis verdaderos padres al fin me amaban y era aceptado, pero no fue así.

- ¿Y que explicaciones les ibas a dar? ¿Les hubieras contado del abuso sexual por el que fuiste sometido?

- A-Qing, ¿Cómo sabes eso? – pregunto muy sorprendido Wei Ying, ya que pensaba que nadie, absolutamente NADIE sabía sobre la concepción de su pequeño A-Yuan.

- Wei Ying, te recuerdo que soy doctora, además que fui yo quien te atendió cuando llegaste a la clínica pidiendo ayuda diciendo que te habían asaltado, y que fui también yo quien un tiempo después te dio la noticia de tu embarazo, no soy tonta, se reconocer las señales de un abuso, y sobre todo uno de categoría sexual. – le recordaba al hombre mientras se acercaba para acariciarle el rostro con ternura ya que este no atinó a nada más que agachar la cabeza cuando las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

La fortaleza de un serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora