Capítulo 37: Atando Cabos

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La noche pasó relativamente tranquila para todos, pues Wei Ying en un par de ocasiones se mantuvo inquieto comenzando a tener una nueva pesadilla, pero Lan Zhan lo había despertado a tiempo, y lo había consolado, demostrando que no lo había abandonado, ni tampoco lo haría.

Esa noche, cuando Madam Lan y su esposo estaban acostados, no podían dormir, por lo que la mujer comenzó a hablar con su esposo sobre lo sucedido, y lo preocupada que estaba al ver todo el sufrimiento del omega.

- Querido, no puedo dormir, siento mi pecho muy apretado al haber escuchado cuanto sufrió nuestro querido niño - hablo sentándose la mujer en la cama.

- Amor, es compleja toda esta situación, pues por lo que escuche, el realmente sufrió demasiado, y también me rompió el corazón escucharlo, al igual que me dio una impotencia muy grande y muchas ganas de llamar a Wen Ruohan para explicarle todo y arremeter con todo en contra de su hijo menor - hablo el hombre abrazando a la mujer.

- Mañana mismo tratare de hablar con Wen Qing, para aclarar las muchas dudas que tengo, y que me aclare bien la situación de mi hijo, pues no solo el sufrió, pues ahora Wangji también lo está haciendo, y por nada del mundo permitiré que mi nieto también lo haga - hablo siendo directa y tajante en su decisión.

- Querida, quizás no puedas hablar con ella mañana, ya que hoy nuestro hijo no llego, por lo que debes saber que puede estar pasando entre ellos. - tomando del brazo a su esposa y volviendo a recostarse juntos abrazados.

- Si, lo imagino, pues así mismo fue como hicimos a A-Huan, y recuerdo a mi madre furiosa al saber que ya no era pura antes del matrimonio - hablo burlándose - esperemos que estos niños al menos tengan precaución, y no apresuren un matrimonio, ya que aún ni siquiera nos cuentan que son novios.

- Los tiempos han cambiado bastante, solo espero que mi hermano no tenga una desviación de Qi, también recuerdo que Qi Ren también estaba furioso, pero sabían que tú eras mi destino, y yo el tuyo, así como lo son Wangji y Wei Ying.

- Si, pues dentro de todo su sufrimiento, mi niño hermoso llamaba a Wangji para poder sentirse protegido, si solo se hubieran conocido antes.

- Lamentablemente no lo hicieron, pero al menos pudieron encontrarse y estar juntos, pues San Ren de alguna forma debe de haber guiado a su hijo hacia su destino.

- ¿San Ren? querido ¿Qué tiene que ver San Ren acá? - pregunto curiosa la mujer sentándose nuevamente en la cama y volteándose a ver a su esposo.

- Querida, hoy con la travesura de nuestro nieto, y el recuerdo de Wei Ying, tuvimos con Qi Ren una duda, pues el hijo de San Ren si no mal recuerdas, una vez le corto la barba a mi hermano cuando este estaba pequeño, al igual que lo había hecho su madre una vez que se enojaron, y San Ren para desquitarse, le corto la barba de pura maldad.

- Es cierto, no me había percatado de eso, pero ¿Por qué dices el hijo de San Ren? ¿no se supone que el niño iba con ellos en el vehículo?

- Eso sabíamos todos, pero resulta que al parecer algo pasó, porque hoy conversando con Wangji, este me confirmó que Wei Ying es hijo de ella, que así aparece en su certificado de nacimiento, por lo que no comprendo que es lo que sucedió.

- Tu hermano ¿Sabe que Wei Ying es hijo de San Ren? - pregunto nerviosa.

- Sospecha, pero no pude hablar con él para confirmarle su sospecha después de lo que pasó, por lo que hablare con el mañana.

- Eso sería lo correcto, ahora bien, después de ello, sería conveniente que comiencen a averiguar el por qué el niño está vivo, y lo más importante, como es que los Jiang lo adoptaron y nosotros nunca lo supimos, pues eso aún no lo entiendo.

La fortaleza de un serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora