La fortaleza de un ser

Capítulo 36: Pesadillas

Cuando Madam Lan llego hasta la habitación de Wei Ying y su hijo, no esperó y entro rápidamente al lugar, y al no encontrar al omega, corrió hasta el baño y golpeó la puerta, pero no recibió respuesta, por lo que la abrió muy preocupada, pues si su cuñado le había señalado que algo estaba mal, era porque era serio. Al abrir la puerta, se encontró con Wei Yin sentado en la silla ubicada en el baño que servía para apoyarse y sentarse mientras se desvestían para ducharse, absorto en sus pensamientos mientras veía con asombro su ropa interior con un poco de sangre, y su mente lo llevaba al pasado.

- Wei Ying, hijo - se acercó Madam Lan al omega preocupada, y al ver la ropa interior se preocupó mas - Wei Ying ¿Te sientes bien? reacciona - hablaba la mujer mientras sacudía al omega quien no salía de su estado.

Wei Ying estaba tan sumergido en sus pensamientos, viendo como por su mente aparecían recuerdos dolorosos, que no se había dado cuenta de que Madam Lan estaba en el baño con él y que más encima le estaba hablando desesperada, por lo que inconscientemente comenzaron a caer lágrimas por sus mejillas provocando aún más miedo en la mujer.

- Wei Ying, querido, por favor reacciona y mírame - hablaba acariciando el rostro del omega, y sobre la misma reaccionó y cerró la puerta del baño con llave, para que nadie de su familia fuera a ver el estado en el que se encontraba el omega en ese minuto, mucho menos el niño, y volvió a hablarle al omega - hijito, reacciona, háblame, mírame.

- Duele, duele mucho, por favor déjame, prometo que no le diré a nadie - logro articular el omega antes de estallar en llantos y acurrucarse en posición fetal provocando un enorme vacío en el corazón de la mujer quien lo abrazó y trataba de consolarlo.

- Cariño, son solo recuerdos, vuelve a nosotros - trataba de consolar la Lan al omega, pues se imaginó que era lo que estaba pasando por su mente en ese momento.

Luego de varios minutos en que el omega lloraba desconsoladamente y la Lan trataba de consolarlo, poco a poco Wei Ying fue recobrando su consciencia y se dio cuenta de que Madam Lan estaba con él en el baño y lo estaba abrazando y consolando.

- Ma ma madre ¿Que hace aquí? - hablo asustado tratando de alejarse del abrazo de la Lan.

- Hijo, al fin reaccionas, me tenías muy preocupada - hablo la Lan mientras limpiaba las lágrimas en el Wei.

- ¿Estuve llorando? Madre ¿Que paso? - hablo preocupado

- Tu tío Qi Ren me pidió que viniera a verte y ayudarte, no sabía que pasaba, y cuando entre estabas en shock, y por más que trataba de hablarte y que reaccionaras no lo hacías, hasta que estallaste en llanto - le conto la mujer preocupada al omega.

- Madre, a mi memoria vino todo, Todo lo que pensé que había olvidado y dejado atrás - hablo estallando en llanto nuevamente y abrazando a la mujer.

- Tranquilo mi niño, ya todo está bien - consolando al omega y acariciando su espalda y cabeza - ahora estas bien, y nada ni nadie te volverá a hacer daño.

- Madre, me duele mucho, y sangré - hablaba aun llorando.

- Tranquilo, ahora te ayudare a bañarte y revisare si puedes tomar algo para el dolor, imagino que Wangji lo debe saber - hablo mientras miraba al Wei al rostro.

- Si, a él le pasaron las indicaciones posteriores al examen - hablo aun sollozando - pero sangré.

- es solo un poco de sangre, pero ya todo está bien, ven vamos a bañarte y limpiarte bien - hablo la Lan ayudando a Wei Ying a desvestirse y entrar a la tina.

Madam Lan sabía que al omega le realizarían un examen invasivo, por lo que imaginaba cual había sido, más tarde lo comprobaría con su hijo, pero ahora ayudaría a Wei Ying, quien más que nunca necesitaba a una madre, la madre que siempre se le fue negada desde la muerte de sus padres y que ahora ella tomaría su lugar, pues sin saber mucho, ella amaba a Wei Ying como a su propio hijo, y lo protegería con uñas y dientes, pues desde que su hijo lo consideró su familia, ella también. Mientras la mujer ayudaba a Wei Ying a desvestirse, se percató de una cicatriz que este tenía en el costado derecho de su cuerpo, sobre las costillas y decidió preguntar, con un poco de miedo, pues no quería que el omega volviera a entrar en shock.